División en la línea 46

Borja Valcarce. La Provincia La línea 46 de Guaguas Municipales es una ruta en la que se pueden encontrar opiniones contrapuestas. Sus usuarios discuten sus ventajas e inconvenientes y son incapaces de llegar a ningún acuerdo sobre su idoneidad. Si para unos es la panacea a los problemas de conectividad que sufría el barrio de San Lorenzo hasta el cambio en el servicio público de transporte de la ciudad del pasado 4 de marzo, para otros es la peor actuación que se podía haber realizado. Todo depende de dónde viva cada uno.

El refranero español viene que ni pintado para ejemplificar el caso de esta ruta. El nunca llueve a gusto de todos explica a la perfección el sentimiento de los consumidores del servicio público que cubre la ruta desde Siete Palmas hasta el Intercambiador de Tamaraceite y que atraviesa en su recorrido los barrios de Almatriche, San Lorenzo y Ciudad del Campo.

Para las personas que tienen su residencia en este último lugar el trayecto que realiza la nueva línea es un suplicio, puesto que tienen que atravesar San Lorenzo para llegar hasta sus casas. Pese a las quejas, los encuestados reconocen que tardan lo mismo en llegar que antes del cambio.

Por el contrario, los ciudadanos que viven en Almatriche aseguran que han ahorrado hasta media hora de su tiempo ya que ahora no tienen que viajar en la línea 45, con la que antes tardaban tres cuartos de hora en llegar hasta esta zona de la ciudad saliendo desde el barrio de Siete Palmas.

Francisco José Rodríguez, un vecino de 51 años de Ciudad del Campo que ayer tomó la guagua al mediodía, aseguraba que los cambios han "beneficiado a Almatriche" en detrimento de su lugar de residencia porque él nunca ha llegado a conectar "a tiempo" con la línea 46.

Para Inés Lareu (32 años), sin embargo, la creación de esta nueva línea es lo mejor que le podía haber pasado. "Antes cogía la 45 y tardaba más de 45 minutos en llegar a Almatriche porque la guagua se metía por San Lorenzo. Gracias a esta ruta ahora he ganado como media hora por trayecto y la conectividad que tengo con el resto de la ciudad es mucho mejor".

La filosofía de Guaguas con el establecimiento de esta ruta ha sido la de concebir una guagua de barrio que conectase los grandes puntos de encuentro de San Lorenzo, explican los responsables de la nueva red de transporte público. "Ahora, la guagua hace el mismo recorrido -antes la 45 sólo operaba en un sentido, es decir, entraba y salía por zonas distintas del barrio- y conecta Tamaraceite con Siete Palmas". En este sentido, aseguran que se ha "duplicado" el número de paradas y se ha "abierto la ciudad con nuevas conexiones".

Los usuarios, además, observan que "es más barato" coger el vehículo de Guaguas Municipales que el de Global. De hecho, Raimundo Manuel Martín Alonso asegura que gracias a los transbordos gratuitos "el billete sale casi un 50% más barato en las amarillas". De los 1,40 euros que cuesta el billete en Global se pasa a los 75 céntimos que hay que pagar en Guaguas Municipales. "Les están haciendo la competencia muy bien", afirma.

Los horarios, sin embargo, son un problema para algunos. La frecuencia de paso de las guaguas ha mejorado pero algunos usuarios se quejan de que hay menos vehículos por la noche. Es el caso de Efrén Viera, de 20 años, y Manuela Cruz Hernández (58). Los dos critican que los horarios se hayan restringido a las 21.45 horas entre semana y a las 22.10 horas sábados, domingos y festivos.

"Con la 45 -que ahora ya no llega hasta Ciudad del Campo- teníamos guaguas hasta la una de la mañana", recuerda Efrén. "Ahora, con la 46, si vuelvo a casa más tarde tengo que ir hasta Tamaraceite en otra línea y caminar hasta Ciudad del Campo, a más de dos kilómetros y medio", expone este estudiante.

Fuente: La Provincia

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