¡Ser libre!

Por Luis C. García Correa
Ser libre no es lo mismo que tener libertad.
La libertad es el poder y la posibilidad de elegir el bien o el mal.
La libertad no solo es un don: es, básicamente, una responsabilidad.
Ser libre es gozar de la libertad.
Tener libertad es la posibilidad de vivir en libertad.
No se es libre por lo que yo quiera. Se es libre porque se trata de un atributo inherente al ser humano.
Gozar de la libertad es haber llegado a la autoridad y al poder elegir por propia y honestad voluntad.
La libertad exige honestidad y responsabilidad.
Todos los dones exigen responsabilidad y honestidad, y si van unidas a la humildad elevan al ser humano a la santidad.
¿Por qué insisto tanto en la santidad? Porque es la meta a la que debemos aspirar para ser libres de verdad.
“¡Sin santidad todo es mediocridad!”
La oración del Padre Nuestro -que siempre rezo antes de escribir- me ha hecho y me hace sentir, tocar casi, a la Santísima Trinidad.
“¡Cuánto se pierden los ateos!”
No tengo a quién recurrir para que me contestase: ¿El ateísmo produce inestabilidad material, espiritual y emocional? No lo sé. ¿Me lo podría decir usted? Gracias y un fuerte abrazo.
La fe -algo regalado- da un fundamento, real y verdadero, a la vida.
¿Cómo hacer comprender la necesidad de la fe y de la oración? Lean mis escritos y comprenderán que no tengo la sabiduría necesaria para escribir y exponer temas que se salen de mis posibilidades intelectuales, espirituales y morales.
Sólo me falta ver y contemplar a Padre Dios para darle mi eterno agradecimiento a tanta ayuda recibida, sin la cual no hubiera podido escribir y comunicar lo que he escrito con todo el AMOR, AMISTAD Y HERMANDAD de que soy capaz.
Al AMOR, la AMISTAD Y  la HERMANDAD hay que añadir la fe, la esperanza, la caridad  y la humildad.
La humildad es el complemento directo de la fe con obras.
La ayuda de Padre Dios es tan real y verdadera como que he escrito y publicado más de 1.200 artículos, y me quedan varios miles por publicar.
Por favor: ¡Invoque a Padre Dios en La Santísima Trinidad! Ya me dirá.
La fe llegará y tendrá la ayudad para hacer y decir lo que no somos capaces con nuestras fuerzas y con nuestra voluntad.
“¡Ser libre!” Ser libre debe ser la constante meta para sentir y gozar lo que es la libertad, que tanto amplía y desarrolla la felicidad.
“¡No hay plena felicidad si no hay plena libertad!”
“¡La libertad  es el atributo de la felicidad!”
“¡Sea libre!” Y será capaz de vivir y compartir la felicidad.
Le necesito a Usted, que es mi amigo-hermano de verdad.
Solo no llego ni llegaré a la plena felicidad y a la plena libertad. Su ayuda, honesta y participativa, hará que caminemos juntos por el sendero maravilloso de la santidad. Yo solo no puedo ni llego.
“¡Ser libre!” ¿Para qué? Para gozar, compartir y repartir la santidad.
La santidad nos hace libres y capaces de amar y vivir la plena felicidad.
Usted es mi amigo-hermano y juntos podremos alcanzar y gozar de la plena felicidad en la plena libertad.
“¡¡¡PÍDASELO A PADRE DIOS!!!” Ya me dirá, y, encima, nos ayudará.

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