Vandalismo contra el mobiliario urbano

El vandalismo de algunas personas no tiene límites. Aprovechando el desconfinamiento, o mejor, el confinamiento, se dedican a destrozar el mobiliario público. A esto hay que unirle que las calles están asquerosas de excrementos de perros.

Los alrededores del CEIP Adán del Castillo dan pena y pasear por allí de noche es un auténtico peligro, no por seguridad, sino porque podrán pisar algo no muy apetecible.

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