¡A ti Perico!
Por Antonio Domínguez |
Comienzo por decir que en vano esperas que amaine la turbulencia, avispado Perico, porque todo abuelo de nieto con problemas cree que ese chiquillo vástago le basta para competirte en bregas intelectuales. En vano esperas, superdotado Perico, porque son muchos los millones de euros empleados en RTVE para solo valer ellos, y así sea la maquinaria para manchar y destrozar papel, a cual de todas peor lo hace, y, nunca a ti referirse. La que no es mentirosa es insustancial y repetitiva hasta la invasión ¡es la prensa, ¡“el quijote en verso en el mundo”! Perdona perico que salpique mi homenaje a ti, diciendo sin que tenga absolutamente nada que ver, que un presentador de música regional debe saber que está allí para decir el título de la cantiga y quién la va a cantar y no para decir tonterías de no orador ¡¡porque no lo es!! El programa es para los de los timples, no para él. El que tenga oídos para oír, que oiga.
dedican a estudiar a otros. El inglés que para poco sirve en el plagio, porque todos le chapurrean y se pueden detectar orígenes. No es el caso de idiomas poco conocidos de los que se puede copiar a integridad. La espantosa ridiculez se da cuando se lee en español lo copiado del búlgaro, pero, sin saber que el búlgaro lo copió del inglés. A en general lo que dices Perico, me rindo, es ridículo buscarle error
o simple desacierto. Me congratulo como ves, en asunto que los de las letras jamás tocarán, por inseguridad y ¡por si acaso! Viene el fracaso y el temido ridículo de todo al aire. Observa Perico, que con este vomitar corremos el riesgo de estrenar la palmeta que nosotros esculpimos de tabla gruesa para regalar a Bolaños, cuando se nos pregunte el porqué entendemos tanto de esto. Nos pasará lo que a Luis el mago cuando semejante regalo le trajo al maestro, el cual, para probar si estaba bien hecha le hizo extender la mano y se la fusiló. Si somos preguntados contestaremos que no estamos subsistiendo-vendiendo ideologías; diremos que estamos mostrando lo que creemos que es mostrable: nuestro conocimiento. Invito al que siente vergüenza ajena (lo que suele ser celos y envidia insoportable) viendo este comentario, a que sea valiente y se exprese en estos términos y se olvide por bendita vez de los negocios de la conducta y de lo inconveniente de la disputa.
De observarse imprudencia mía
grande es obligación ética avisarme y si fuera pequeña sobrellévese, que
estamos entre gente del pueblo.
En vano esperas que amaine la turbulencia, avispado Perico, porque son muchos los millones de euros empleados en RTV y así sea la maquinaria para manchar y destrozar papel, a cual de todas peor lo hace. La que no es mentirosa es insustancial y repetitiva hasta la invasión ¡es el quijote en verso en el mundo!
Continuo diciendo, por decir, que
este es demasiado pequeño espacio para decir lo que tengo que decir del
personaje; que se cogería los parámetros de una novela (como toda gran
biografía).
Odio profundamente el teatro y toda
teatralización, representación y engaño (no me he podido explicar el porqué).
¿Qué no será mi rechazo a la historia que va de variablemente lejana a
lejanísima; que me la cuentan ¡siempre! Quiénes no estuvieron allí; en ocasión
escrita por quién no pasó por allí, propiciador de las montañas de mentiras
fuera de los archivos. “Y alguna verdad”.
Lo mío son cosillas recientes (cuando no me ocupo de conceptos unilateralmente) que las pueda comprobar cualquiera que no sea bebé; por aclarado trato de mi familia (Perico) y por extensión de mi muy querido Tamaraceite. Sobrentiéndase su gente, quitando unos cuantos, muy poquitos, no queridos por mí ¡¡soy humano!! Qué, para amar con pasión a enemigos tiene que ser bajo favorables condiciones; si es enemigo en condiciones, será rechazado por mí en semejantes condiciones; eso sí, ¡¡¡Que lo mate Dios!!! Por mí que vaya derechito por su camino a procurarse su felicidad a la cual no ayudaré pero sí se la deseo. También digo además: ¡yo no rezaré para que la encuentre! Esa, ella, es su causa y labor personal. Jamás molestaré a Dios, con los que ÉL mismo condenó a pecar, para que rehaga su cuestionable obra, con todo lo que tiene que hacer.
(…) Cuando en invierno nos aprestábamos a salir de la barbería allá por las once, ya en el umbral, nos
abofeteaba la noche. Sentía pena de Perico porque era pequeño para aquella calamidad de meterse en la total oscuridad por la carretera vieja de San Lorenzo. Por la bruma, la perpetua llovizna en la mitad del invierno de aquel ciclo climático lluvioso, cuando no el chubasco (se llegaba lo mismo de empapado a los Dragos, tras la media hora larga de camino).
La llovizna, el frío, la bruma y
la noche cuando se unen se pasan eternidades hablándose de grandiosos
silencios; de las eternas nadas. Yo abrazaba a Perico ya largando el agua por
los pies y me traspasaba el tenebrismo tremoroso; ese comienzo de temblor;
temor que se remonta a lo más remoto de lo humano en las gélidas jornadas en
los glaciales. ¡Las penurias ancestrales portadas en la sangre y el esqueleto
desde los ancestros, hacen temblar todavía hoy cuando se atisban las
privaciones, frio al raso, alimento humilde pesado y medido… la pobreza en toda
su capacidad incapacitarte! Por llevarlas en mi ser hasta la saturación las
idas y venidas a ese vestigio guanche (Los Dragos), es por lo que he empezado
esta semblanza de Perico, iniciando ese camino de ida a Los Dragos en
circunstancias (con los barrancos corriendo a veces, se me olvidaba por lo que
teníamos que ir a SAN LORENZO para bajar por el lomo de la central lechera y el
colegio alemán. (A pie todo ello).
A partir de aquí nos situamos en
tiempo que éramos adultos, Perico también. Pertenecemos a una dinastía de
barberos, que empezó en nuestro tatarabuelo venido de Fuerteventura y se acabó
con nosotros por la enfermedad de unos y la jubilación de otro.
Mientras estuvo Perico en la barbería (el más destacado) no tuvo que ir a tomateros con “Los Betancuria”, pero claro, no hubo dinero para seguir la recomendación del maestro/escuela Manolo Balbuena para que fuera mandado a la universidad. Por consiguiente el tiempo para Perico es como si se le hubiera parado. Con sobrada inteligencia para ser catedrático, ni se le llama de Don, ni siquiera por su nombre Pedro; se le llama perico: ¡¡Periquillo el nuestro!! Y a otros del pueblo que no le llegan a la suela de sus zapatos, sin capacidad ni para graduado social, cura o maestro/escuela se les llama de don y mas hierba, y tal y cual, no teniendo esa categoría humana, sí dinero, en algún caso no poco, pero nada más.
Mucho buen trato y esmero dio
Perico, extremamente formado, educado, empático, conmiserado, exquisito, amable
no al uso, sino amable en todo el extenso sentido de la palabra ¡hasta llegar a
caer pesado! Su clientela era total: gente mayor, juventud y pudientes. En
tiempos lejanos en homilía se llegó a insinuar que en la barbería se hablaba de
comunismo. Perico hablaba de matemáticas, literatura y poesía; de lo demás
sabía, pero hablaba por atención y sin pleno gusto; no les podía poner
esparadrapos a los comunistas para silenciarlos. Además Perico ¡siempre!
Respetó y amó a todo comunista porque sabía que esa enfermedad era declaración
inapelable; y los síntomas de una pella de gofio amasado con agua y sal
extraviada en la barriga empujándola en todas direcciones ¡haciendo coger
nervios! y absolutamente nada más; a veces ¡ni una sola aceituna!.
Lo sé por experiencia. Muchas,
pero muchas veces, fue Perico solicitado aparte (lo vi) a pedirle consejo para
qué hacer, en grandes y peliagudos problemas familiares extremamente delicados,
entre padres e hijos y hermanos. Cuando son patrulla “en cola para solicitar consejo” no debe
caber duda que a quién tienen por aconsejador, vale mucho ¿Quién, cuantos en el
municipio de San Lorenzo pueden jactarse de haber sido solicitado consejero
para los giros decisivos de cualquier existencia. Las cuestiones “de vida o
muerte” se le preguntaban primero a Perico que al cura, y antes que a veinte
curas.
Perico es un renacentista. Conoce
de todo, habla de todo. Hizo la casa desde los cimientos a la fontanería, la
electricidad y absolutamente todo de albañilería. Fue el más que supo de
matemáticas en los colegios que estuvo ganando el primer premio en esta ciencia
en el examen de ingreso a la universidad para mayores de 25 años. Es autor de
29 relatos cortos, todos inéditos. Tiene un premio literario que ganó en
concurso de los tres ejércitos por el relato EL NIETO. Siendo arquitecto de
barrio, Perico, adelantó a Lolita Pluma que solo era amante de quince o veinte gatos…
y también la reina pero solo del desierto de la conversación.
Perico, viva tu estampa y viva
nuestro municipio por su honor de haber sido hollado por tu poderoso pie de
ilustre al máximo; de no haber sido por aquel especial soldado que le metió la
marcha atrás al país para dejarnos sin licenciatura. A tal extremo quitó de
moda las licenciaturas que hasta los niños de papá de aquella época, la
mayoría, no la tienen. El don lo tenían todas y únicamente, las casas que
tenían comida: que no era poco tener, aunque parezca mentira ahora que se hacen
miles de toneladas de queso con leche en polvo para exportar al mundo.
He sido parco en elogios por no
ser arrimadizo a mi causa. El pueblo que visitaba la casa de la cultura te
conoce, y, al que no te conozca que pregunte y mire bien qué le dicen. Si todo
esto es un cuento de amor, por lo menos con mi amor puedes contar siempre; y es
para mí más regocijante ese sentimiento que tu éxito como gran persona el cual
ya pertenece más a tus hijos y nietos.
Comentarios
que reconocer algunos de los muchos valores de Pedro Domínguez. Quienes le conocemos sabemos bien que no hay nada exagerado en esos elogios que he leído. Aplaudo tal reconocimiento hacia una persona exponente de muchos méritos donde están, entre
otros, la modestia y la generosidad.
J.J.Mujica Villegas
Aunque se ofrece cabestro/liana para ello (perdón), no pretendo aquí convertir la cuita esta en un pin pan pum.
El primero que comentó lo mío del último jueves es un hermano/amigo, y el segundo es un amigo/hermano. Siendo los dos “de mí” y para mí las dos cosas, les despacho GRACIAS por igual, a mis dos amigos, a mis dos hermanos.