Querer ser honestos.


Por: Luis C. García Correa y Gómez
La honestidad espiritualiza y perfecciona al ser humano.
Honestidad es decencia. Es moderación en la conducta. Es querer hacer el bien.
Crecer en honestidad: ésta debería ser la meta de cada uno. Querer ser honesto y llevarlo a la práctica.
Y la honestidad incluye la participación.
No se puede alcanzar el bien de uno mismo sin contribuir al bien de los demás.
Honestidad y participación son dos vivencias absolutamente necesarias para el progreso moral y material, para ser más libres y más felices
El deseo de ser honesto abre el alma y el corazón: libera lo bueno que somos capaces de ser y realizar, y lo ofrece a los demás. Bondad compartida.
Compartir es la consecuencia de la honestidad.
El grado máximo de la honestidad es el amor. Es la cumbre que tenemos que escalar a diario. En la medida que somos honestos, en la medida que compartimos, en esa misma medida, el amor aumenta y se desborda, se reparte.
Honestidad y honradez son sinónimos. Ambas significan tener recto comportamiento, tener un comportamiento probo.
“La honestidad es estar al servicio por amor”.
El poder de la honesta participación es tan grande que anula cualquier intento de ser subyugado, de ser sometido. Por eso reclamo, constantemente, la honesta participación de la mayoría para imponer, pacíficamente, normas de convivencia que nos den la plena libertad, para la plena felicidad.
No conozco otro medio de anular al poder económico perverso.
Según el Espasa Calpe: El bonum honestum (el bien honesto) es el bien que tiene razón de fin y que por lo mismo ha de considerarse expresión del ideal humano.
Ser honesto ¡Qué maravilla! Además es contagioso y eleva las virtudes y valores éticos o religiosos, tan necesarios para una vida normal y feliz.
No hay honestidad sin valores. No hay valores sin honestidad. Sin valores no hay felicidad. Vivir sin valores anula o disminuye la libertad.
La honestidad nos hará libres y felices.
Pero ¿hasta cuándo estaremos esperando? ¿hasta cuándo?
¿Hasta cuándo dejaremos de ser esclavos y podremos gozar la felicidad de la plena libertad y del pleno amor, conseguidos a través de la honestidad?
No sé si he sabido explicarme: ¿Qué es ser honesto y querer serlo?
Se es honesto cuando uno se pone al servicio del amor. Esta disposición fortalece la libertad y aumenta la felicidad.
Por eso hay que ser honesto, y querer serlo.

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