La cobardía de un pueblo

 

Por Luis C. García Correa 

La cobardía de un pueblo es la suma de los cobardes de cada día.

La cobardía es la falta de ánimo, la falta de valor y la falta de corazón.

La cobardía es la falta de valor ante las situaciones de cierto riesgo.

La cobardía deshace la unión familiar, de amigos y de todo un pueblo.

“¡La cobardía es no defender los derechos de cada día!”

"¡El cobarde no nace, se hace!"

Cuando un pueblo se acobarda está sometido y esclavizado a quien tiene el poder de la autoridad.

La cobardía no se hereda, pero se contagia cuando hay vectores y receptores capaces de inocularla.

La cobardía no se hereda, pero no se contagia cuando hay anticuerpos del honor, de la honestidad, de la lealtad y de la valentía.

“¡El temor incontrolado es el gran vector de la cobardía!”

“¡La valentía es el comportamiento de la persona honesta consigo mismo y con los demás!”

“¡La valentía es consecuencia de los valores morales, éticos o religiosos!”

“¡La valentía se hereda, con el ejemplo y las enseñanzas de quienes nos educaron!”

La cobardía de un pueblo lo arrastra y lo somete a quién está por encima.

Quien admite al poder opresor es cómplice y cooperador, aparte de demostrar su cobardía.

Siempre hay oportunidades de demostrar la cobardía, como la valentía.

“¡La cobardía de un pueblo crea la dictadura!”

La libertad se tiene, no porque nos la dan, sino porque nos la merecemos y la conquistamos, por nuestra valentía, que no admite la sumisión ni la esclavitud.

“¡No podemos ser sumisos, sino rebeldes ante la injusticia y la corrupción!”

Respeto, honor y loor a los pueblos valientes que luchan por su honor y su libertad por encima del opresor.

El opresor suele ser una persona inteligente que se aprovecha de la cobardía de su pueblo y del control de la fuerza pública y los medios de comunicación e influencia social, para imponer su voluntad.

Las armas deben ser las garantes de la libertad plasmada en el pacto social que es toda constitución o marco legal fundamental.

Las armas no son para imponer, sino para que se respete y acate el orden constitucional.

Hay quien disculpa al pueblo cobarde diciendo que está dormido, que está atento, pero que no se atreve, no quiere arriesgar su comodidad o su pequeña vida, y hay hasta quien alaba al cobarde por proteger lo que es incapaz de defender.

“¡La cobardía de un pueblo no es un sueño, sino el miedo a enfrentarse con su realidad!”

La valentía y la justa rebeldía se desarrollan cuando hay falta de libertad.

La libertad es un don y un bien que merecen los pueblos que la han conquistado.

La libertad no se improvisa, es una consecuencia de la voluntad y del actuar de un pueblo que ha luchado, y sigue luchando, por ella. Cada generación la gana o la pierde.

La libertad no se improvisa, sino que se consigue con la valentía.

La cobardía de un pueblo se manifiesta cuando el poder constituido es un dictador, que es capaz de imponer su voluntad, poder y autoridad, a un pueblo que la acata sin rechistar.

La cobardía de un pueblo es la permisión de la actuación del mal en la realidad.

La cobardía de un pueblo lo arrastra a la cloaca donde nunca debiera estar, pero que quizás llega a merecer.

La cobardía de un pueblo puede arrastrar hasta toda una generación.

“¡La cobardía de un pueblo es ya un tremendo mal en la realidad social, porque permite la expansión del mal!”

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