La vida es bella

 

Por Luis C. García Correa 

La vida es bella cuando cooperamos y compartimos lo que tenemos de AMOR Y AMISTAD.

La vida se vuelve oscura y hasta siniestra cuando por activa o pasiva no cooperamos al bien de los demás.

Considerar el bien de los demás como parte y preocupación de nuestras vidas, no solo aumenta nuestra felicidad, sino que nos pone en el camino de la santidad. Creyentes o no.

“¡La santidad deber ser la meta de cada día!” Creyentes o no.

La santidad no es patrimonio de creencia alguna, sino de la humanidad.

“¡La santidad debe ser el camino que recorramos cada día!”

Con la santidad se recorre el camino que debemos vivir, de verdad y en la realidad, para llegar a la plena felicidad.

“¡Si a la felicidad le añadimos la libertad nos convertimos en privilegiados! ¡Sería el no va más!”

La libertad y la felicidad hacen a la vida bella, reluciente.

El no va más tiene, como todo, su excepción y su límite: Dios.

“¡Tener a Dios en nuestro interior es la forma más bella, e inigualable, de la vida!” Creyentes o no.

Pruebe y ya nunca se sentirá sola, solo, porque se verá en compañía para toda la eternidad. Así la vida se vuelve bella como nunca soñó jamás, como nunca la pudo sentir. Nunca la podrá vivir mejor.

Una las grandes responsabilidades de las religiones monoteístas es  convertir en realidad lo que debemos vivir cada día. Y esto significa vivir en el amor y la adoración a ese Dios.

Vivir juntos todos los monoteístas lo que es la dicha de compartir ese amor y adoración a ese Padre Dios, infinito en amor y misericordia, a quien decimos que amamos y adoramos y que, sin embargo, en la realidad actual no compartimos.

Quienes somos creyentes de las religiones monoteístas deberíamos dar ejemplo de HERMANDAD entre nosotros con hechos como es el de crear una Comisión que le diga a sus fieles por qué rezar y cuándo. No solo seríamos un ejemplo universal, sino que ese Padre Dios, que amamos y adoramos, nos ayudará.

Crear esa auténtica y verdadera HERMANDAD MONOTEÍSTA debería ser  la gran meta a alcanzar.

Todos a una en una misma petición.

Petición a ese Padre Dios que nos espera y al que nosotros no llegamos.

¿A qué se debe que nos exista esa HERMANDAD MONOTEÍSTA?

Eso quisiera saber yo.

No cejaré mientras viva porque al estar ahí la solución a tantos graves problemas que nos aquejan a la humanidad y no aplicarla es algo que nunca llegaré a entender.

Lo que le pidamos a ese Padre Dios, que todas y todos amamos y adoramos, y hacerlo juntos, seguro nos oirá y nos atenderá.

Ruego e imploro, a ese nuestro Padre Dios, que ilumine a quienes tienen la responsabilidad de cooperar para crear esa necesaria y vital HERMANDAD.

Que ese Padre Dios mueva el corazón y el alma a los responsables para que juntos creemos esa HERMANDAD MONOTEÍSTA y consigamos el rezo común a ese Padre Dios que todas y todos amamos y adoramos.

“¡Padre Dios, danos la solución!”

“¡Iluminarnos Señor!” Para que la vida sea bella.

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