El Rincón de la porquería

Hoy el diario La provincia ha publicado un artículo sobre el barranco de Tamaraceite. Aunque en él se refiere al cauce bajo del mismo, esto también puede valer para los tramos medio y alto. Lo firma Teresa Rodríguez:

"Lo que esconde en su interior el barranco de Tamaraceite es poco menos que un vertedero. Alejado de los ciudadanos, en medio de fábricas, el potrero municipal y grandes explanadas de coches, en el interior de este barranco hay porquería como si de una planta autóctona se tratase.Con el blanco puente de El Rincón que da la bienvenida a los que llegan a la ciudad, justo debajo del viaducto la basura ya comienza a concentrarse. Un contenedor a reventar, que no puede tener más desechos, adelanta lo que poco a poco irá apareciendo. Si subimos y nos asomamos desde el puente para mirar lo que hay debajo, se aprecia cómo una parcela privada acumula numerosas planchas de carga. Entre ellas ya hay algunos que, ante el alto coste de la vivienda, se han creado allí su propio hogar, junto a camiones y guaguas.La cosa no mejora unos cien metros más adentro. En la ladera de la izquierda, justo en el barrio de Chile, se divisan unos remolques de camión que dan un presagio de lo que allí se puede encontrar: un auténtico cementerio de electrodomésticos. Desde lavadoras, pasando por frigoríficos, hasta microondas, todo ello endulzado con chatarra, un camión de los años de la 'Pepa' y numerosos escombros que provocan un hedor muy fuerte a tan sólo cinco metros de las viviendas.Ya sin urbanizaciones a la vista, y entre fábricas, el segundo foco de basura que se encuentra en este barranco es el que se sitúa junto a la carretera que lleva hasta el Cuartel de Infantería de Marina Manuel Lois. En él, los electrodomésticos, que siguen apareciendo, dan paso a lo que es el inmovilizado de la casa: bloques, azulejos, vasijas, lavamanos... De todo para que cualquiera acuda allí a revestir su vivienda. Hasta una guagua ha sido abandonada a poco más de 50 metros del depósito municipal, en el cauce del barranco, en donde su propietario se libra de pagar la dichosa zona azul. La situación de la zona deja en muy mal lugar a muchos ciudadanos que maltratan los espacios naturales de la capital con toneladas de excrementos.Hace más de 15 años, el arquitecto ya fallecido Miguel Alonso Fernández-Aceytuno, ideó el parque de la Música, un proyecto que iba a convertir la desembocadura del barranco de Tamaraceite en una zona para el encuentro. El propósito era crear un gran anfiteatro al aire libre o rocódromo con una capacidad para 60.000 espectadores, en el que se pudieran albergar conciertos de gran magnitud. Pero ese proyecto no se culmina y lo único que se escucha son los escombros caer".

Fuente: La Provincia