¿POR QUÉ CREO HAY MOMENTOS Y HECHOS QUE RESALTAN LA BELLEZA?

Por Luis C. García Correa

La belleza se tiene o no se tiene. Pero hay momentos y hechos que la resaltan.

Me refiero tanto a la belleza física como a la moral.

¿Por qué creo que sucede eso? El ser humano tiene poderes -algunos no los conocemos-, pero uno es traslucir y resaltar la belleza.

Hay momentos impulsivos y otros meditados y decididos que inducen -incluso quizás necesariamente - a resaltar la belleza.

La vestimenta, el entorno, la educación, el deseo en especial, y el cómo nos sentimos por dentro, son definitorios. La felicidad resalta todas las bellezas.

Todo esto que digo son elucubraciones personales. No soy técnico ni especialista, ni nada por el estilo. Lo creo y lo siento, pero no técnicamente. Doctores tiene la iglesia. Pero necesito exponerlo, esperando que sea para bien. Sigamos especulando. Este tema me apasiona y me hace vibrar.

Amo la belleza. Me extasía. Por ello hago estas suposiciones e interpretaciones. Puede que sólo sean deseos. La belleza interior tiene un poder enorme, se manifiesta de mil formas. Y la exterior puede ser cautivante de la misma manera que la felicidad  y la libertad.
Felicitar a quienes aumentan su belleza con humildad aumenta mi felicidad.
Su contemplación me inunda, ahogando el mal circundante. Y cuando hay amor, es algo indescriptible, una especie de "nirvana". Pero cuando el amor no es correspondido, la tristeza es enorme.

Se busca el refugio, se busca otra belleza, por necesidad.

“¡Que nadie deje de traslucir y aumentar su belleza, por dentro y por fuera!”

Que sea y que sirva para crear felicidad, que todos estamos llamados a tenerla. La belleza personal es un don, y como tal engrandece al que la tiene y enaltece al que la contempla.

Nunca debe usarla egoístamente. Sea anatema. Debe ser usada para crear felicidad.

Y debe ser protegida, aumentando la dicha de tenerla y de contemplarla, ya sea para bien propio o ajeno, que en todo caso será un bien enorme.

Bendita sea la belleza y el alma grande de quien la posee para  -con humildad- repartir el bien. La belleza fortalece la felicidad y coopera a la libertad. Se goza más la libertad con la felicidad y con la belleza. Amemos la libertad, y protejamos y resaltemos la belleza, para dar felicidad