POR LO MENOS LA VIDA ES ASÍ

Por Antonio Domínguez
… mientras eso no llegue y que los toletes no puedan influir en  que la vida no sea así, hay que dejar claro desde ya que desafortunadamente no hay un solo estado que subsista a largo plazo sin apoyos religiosos, para atemorizar, y por lo mismo animalizar a las personas; y a la inversa, no habrá una religión sin las capas dúctiles del estado o personas sin formación, susceptibles de ser atemorizadas con los absurdos demonios de su consecuencia. Porque los hombres, sus necesidades materiales -en su narcisismo patológico-, creen poderlas satisfacer personalmente y que son psicológicamente “independientes” de los mandatarios de todo orden y desorden. Donde necesitan ayuda (nos referimos a personas de intelectualidad media para abajo) es en los planos metafísicos, mas allá de la realidad, y de las nubes, por esos cielos de Dios; eso lo satisfacen a plenitud “los enviados del señor”; que es demasiado mayor el poder de convocatoria de cualquier religión lamentablemente, que las razones humanas y de la naturaleza palpable contante sonante y categórica, aun instaladas en la perfección de lo más real y contundente. Las religiones son las encargadas de desnaturalizar a los hombres para llevarles al cielo, y los estados reutilizan “esa mercancía” para decirles: ¡¡soldado!! ¿Juras por dios y por España derramar hasta la última gota de sangre si fuera necesario? Y el que está adoctrinado para ir un día al cielo, contesta aquí en la tierra: ¡¡sí, lo juro!! La necesidad de esa guerra se inventará a su debido tiempo -a lo mejor un año después de declarada y con miles de cadáveres efectivos- y asunto concluido, creído  defendido y bendecido.
Los mansos y humildes de corazón -que por descontado es imposible que pertenezcan a alguna religión en absoluto porque no son malas personas- no interesan a ninguna causa humana porque solo engendran de lo mismo, y hasta se albinizan al cabo de las generaciones.
Las religiones junto a los poderes, y los conceptos mal construidos, manipulados, han suplido la selección natural propiciando una artificial planificada; propiciada a través de los circuitos neuronales que ha ido instalando esa evolución -¿asistida?- en los cerebros a lo largo de la historia del hombre, merced es, a multitudinarias guerras y guerrillas hasta llegar a lo de ahora, que al margen de los grandes criminales conseguidos -por los concienzudos entrenamientos del gen- hay infinidad de hombres “buenos”, “mansos”, que también lo llevan, solo, que un poquillo atrofiado y recesivo; lo que nos autoriza a decir que el hombre es la guerra y la guerra es el hombre, intrínsecamente. Carnicero y desnaturalizado: si es que tiene algún fundamento esta reflexión.
Desde el punto de vista humano, la santidad tiene que ver con el reiterado ideal de los de pobres ideas y desombligados de los verdaderos intereses que tiene la vida; aunque ellos desde su quimera digan: ¿pero es que hay algo de más enjundia y provecho que dedicarse al señor de todo lo creado?, cuando es a la inversa, todo lo creado, ha creado (ha inventado) al señor.
Puede olvidarse tranquilamente de Dios, el cual le hizo a usted como él quiso y no tiene ningún derecho a pedirle rendiciones de cuentas para las que no le preparó. Sea modesto y sálgase de la creencia de que usted le interesa a Dios. ¿No se da cuenta en la ignorante salvajada en la que se embarca usted solo cuando se declara (usted mismo) imagen y semejanza de Dios? ¡¡Ábrale la puerta a la verdadera felicidad y viva tranquilo y desengañado!!. Sepa que el diablo está amarrado y que Dios no le hace daño ni a Franco, ni a Fraga, ni a Rato, ni a Villalobos, ni a Aguirre, ni, incluso a Carrillo, Lenin, Marx, Trotsky, Stalin. Ni tan siquiera a Hitler. Mire hasta el intermediario ladrón que intermediaba entre el labrador y el mercado se salvará ¡¡sabe por qué!! Porque lo creó Dios mismamente y no habrá de sufrir le digan tolete y mentecato por no haber sabido hacer vulgar intermediario en condiciones. Dios no está para chillarle a enanos mentales y adefesios tarados de su creación. Dios si es que es, es racionalidad y no estupidez e imbecilidad; como imbéciles son cuantos le contemplan márgenes infinitos a la obra de Dios, que de ser, sería en razón y no desde la inescrutabilidad superstición y reino-mambo-divino en el que se le sitúa.
Siempre he visto que las personas poco avisadas y deformes (ellos se creen muy avisaos y formados) dicen lo que les dicen digan, creyéndose en fuerte criterio. Es malo que estén equivocados ellos, me dan pena, pero, y la gran cantidad que tiene menos poder mental y los sigue creyente, porque tiene título de Don y 4 -8 o 10 perras más que ellos?
“Por si fuera poca la tristeza de la vida cuando piensa el alma; y más triste vivir si siente el corazón”, encima nos presentan a un Dios de temer porque castiga y a un diablo de horrores porque quema con la mirada.
Se lo diré siempre. Viva su vejez tranquila. Además de que nadie le pedirá cuentas, ya usted no puede hacer nada por los fallos (a veces barbaridades que ha cometido a lo largo de su ensayo aquí) aunque cometa la brutal equivocación de contárselos a otro hombre (confesión), ello, no servirá para nada. Creo que sí solo servirá para tenerlo a usted desalado acá por alienación-enajenación; permanentemente metido en el desasosiego de conseguir apartamento allá; sin darse cuenta que la vida que se acaba es aquí, y es de desear. ¿Y si no es de desear la vida eterna?, habremos de lamentar no haber vivido tranquilos la otra vida finita que aquí tuvimos y que, manirrotos, supersticiosos, creyentes en todos los anuncios sin ninguna referencia visual; equivalentes a fetichismos, hechicerías, magias, brujerías: ocultismos agoreros. Derrochamos, en lo que cabe, el único paraíso terrenal en que vivíamos y no disfrutamos queriendo siempre más. El más principal de todos los caracteres de lo humano: querer siempre más de todo ¡lo mejor! Y que se joda el otro que no sabe gestionar su más allá, que, encima, no tiene amistades  religiosas que le asesoren; porque están distantes en el aparento social que les es inherente a todos estos santos; hechos hombres de carne y hueso. Y, como para ello no se ha de salvar examen oposición, ni se ha de estar titulado, algunos, pocos, se erigen, o como mínimo se creen Dios y hombre verdadero; y hasta se creen –convencidos- que nacieron en Nazaret; pero claro, ya estos no son solo locos, sino de remate. ¡¡¡Pá lantre coño que en Valleseco perdió uno por no arrayar!!!

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