Pertenecer a un gran país

 

Por Luis C. García Correa   

Pertenecer a un gran País no es por la superficie que ocupe, es por pertenecer a un gran pueblo que ha demostrado serlo por años, por siglos.

España, y los españoles, fuimos una gran País y un gran pueblo. Es una incontestable realidad histórica. No hay ninguna duda.  ¿Pero lo somos ahora? Es una pregunta que no soy capaz de contestar porque no quisiera ser subjetivo sino objetivo.

Estamos viviendo, como el resto del Plante Azul de la Tierra, la pandemia del coronavirus, y ya ha comenzado la crisis social y económica que quizá será más destructiva que el coronavirus. Me temo que será de consecuencias aterradoras. Y, como siempre, lo peor para los más desprotegidos de la sociedad.

Mi creencia es que la crisis social y económica va a ser peor porque, salvo los millonarios en poder y dinero, todos los demás vamos a ser afectados.

Como siempre, los más débiles serán los más afectados.

¿Qué podemos hacer? Ha llegado la gran oportunidad de ver si somos capaces de vencer, por la honesta y participativa unión, los problemas que ya nos han llegado.

¿Qué necesitamos, según mi leal, saber y entender? Reiterar lo dicho, que repito: la honesta y participativa unión sin resquicios y sin fisuras desde arriba para abajo, y de abajo hacia arriba.

Ahora nos demostraremos, y al mundo, qué pueblo somos. Si somos borregos o pastores.

España, y los españoles, tenemos un larga, muy larga, historia con influencias en grandes territorios, en los que dejamos un rastro como la lengua y la cultura. Y si algo no se hizo bien nos arrepentimos en nombre de los que cometieron errores y pecados. Pero el balance final de esa historia en grandes territorios del orbe es enormemente positivo.

Pertenecer a un gran País no se consigue por sueños o imaginación.

Pertenecer a un gran País es labor de muchos y de mucho tiempo.

España y los españoles tenemos la gran historia de una monarquía, que siempre tuvo la moderación de las convicciones cristianas.

Salvo tres repúblicas de corta vida, durante siglos hemos sido, y somos una monarquía.

Además, ahora, una monarquía parlamentaria, plenamente democrática. Como el Reino Unido y muchos países europeos avanzados.

Este régimen de monarquía parlamentaria es una demostración de la sabiduría de todo un pueblo, que valora los valores que tenemos y los aprovecha para vivir con la cabeza levantada para poder mirar al presente y programar el futuro.

Por supuesto: tenemos que corregir problemas como que el voto defina al gobierno. Las listas cerradas. El pasotismo social ante los corruptos. Hay que lograr que el votante siga teniendo el poder y la autoridad de quitar a quien no es merecedor del cargo que ocupa...

Pertenecer a un gran País depende de sus ciudadanos, no surge por generación espontánea ni por arte de birlibirloque.

Pertenecer a una gran País es la consecuencia de los hechos de sus ciudadanos durante siglos de gloria y esfuerzo. Siglos de historia.

Pertenecer a un gran País es la compensación al esfuerzo y dedicación de siglos de historia.

Pertenecer a un gran País es la compensación a la honestidad, la laboriosidad y al ejercicio de derechos y deberes vividos con intensidad.

Pertenecer a un gran País es haber ganado esa grandeza con su vida y con su historia.

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