Mi Vida

Por Luis C. García Correa  

 En el ocaso de mi vida me gustaría compartir con ustedes lo que ha significado mi vida y a lo que he tratado de dedicarla.

Reitero lo que muchas veces he dicho: Me educaron espartanamente en el Amor a Padre Dios y al prójimo como a mí mismo. Y ha sido mi norte y mi meta con la que he conseguido ser un hombre feliz y libre.

¿Por qué he conseguido, he tenido, y tengo, felicidad? Por tratar de vivir esos amores con pasión.

La felicidad no es propiedad ni patrimonio de nadie ni de nada.

La felicidad es un estado que se consigue cuando uno trata de ser consecuente con sus creencias y valores, y los comparte.

La felicidad se aumenta cuando la compartimos con los demás.

He tratado de servir a mi comunidad y a toda y todo con quien he podido comunicarme. Sigo ilusionado en ser de utilidad para que compartiendo la felicidad todos seamos eso para lo que hemos nacido: felices y libres.

Ha sido una vida intensa.

Siempre digo que cuando me muera mi mente dirá: “menos mal que se ha muerto, me ha traído toda la vida en jaque, no me ha dejado descansar ni aún durmiendo”.

Me horroriza ver a personas en plenas facultades físicas, pero intelectualmente y moralmente quietas, sin hacer nada, sentadas esperando a la muerte, aburridas.

¿Qué dirá la muerte? ¿He llegado tarde? ¿He debido de haber venido antes?

No lo sé. Si sé que hemos nacido para estar siempre en activo, incluso descansando, que es una forma de estar activo.

El descanso es un bien necesario para coger y recuperar fuerzas para seguir trabajando, tratando de ayudar -sin mirar a quien- y teniendo la conciencia tranquila de ser de utilidad y servir a los demás.

Mi vida ya es larga en el tiempo. Y tengo mucho de qué arrepentirme. He sido infiel a mis creencias y valores, y he pecado, de lo que me arrepiento y pido perdón por el daño cierto que he causado.

Se me acerca la muerte y espero que no me coja desprevenido, sino en el ejercicio de mis deberes y obligaciones, ayudando y dando todo lo que es debido y a lo que me obligan mis valores y creencias.

También tengo que agradecer, profundamente, y con toda mi alma y corazón, a los muchos amigos que compartimos la dicha de la amistad.

Mi blog, Facebook, Twitter y la globalización me han permitido comunicarme con más de medio mundo. Algo que ha sido maravilloso, enriquecedor, nunca pensé que podría vivir tanta felicidad y tanta libertad.

Comentarios

Entradas populares