Agustín el sacristán de Tamaraceite, se "jubila".

Después de media vida dedicada a la parroquia, Agustinito el sacristán de Tamaraceite se nos jubila. Ya son muchos años y aunque las fuerzas todavía le acompañan, ya ha optado por tomarse un descanso que lo tiene bien merecido. Si les preguntamos a los trabajadores sobre lo que les gustaría hacer cuando llegue su edad de jubilación veremos que en un alto porcentaje estos contestarán que desean que les llegue para descansar, irse de viaje, no hacer nada o dedicarse a la familia. El caso de Agustín es muy diferente al del resto de los mortales trabajadores, porque él se jubiló para dedicar su vida a los demás y a la iglesia, a su iglesia de Tamaraceite, esa que vio nacer y ser creada parroquia cuando apenas tenía 12 ó 13 añitos. Agustín estuvo ligado a la parroquia siempre que el trabajo se lo permitía. Muchas son las anécdotas que nos contaba y nos cuenta de los curas con los que compartió. De todos los párrocos que por nuestra parroquia desfilaron puede contarnos Agustinito alguna anécdota, pero es sobre los más recientes y con los que más intensamente trabajó, sobre los que nos podría contar muchas. Don Olegario, Don Pedro, Don Jesús, Don Miguel, Don Juan Carlos y Don Cristóbal son fieles testigos de la servicialidad de Agustín. Nunca les faltaba el alba ni los útiles de la misa porque todo estaba preparado para cuando llegaran. Pero su labor no solo consistía en abrir y cerrar el templo, tocar las campanas y que a los curas no les faltara de nada sino que hacía los arreglos imprevistos de electricidad o de la megafonía. Era un auténtico manitas. Agustín ahora va a vivir su segunda jubilación y con ella va a recuperar todo ese tiempo que le ha "quitado" a su familia por dedicárselo a la iglesia. Hoy tenemos que tener muy presente a su mujer ya que si no fuera por su apoyo y desapego Agustín no podría haberse dedicado en cuerpo y alma a nuestra parrquia. Tamaraceite "pierde" un buen sacristán, aunque su espíritu siempre estará en esta parroquia. Serían incontables las bodas, bautizos, primeras comuniones y funerales que presenció y a todo el que llegaba a la sacristía buscando al cura él siempre lo recibía con una sonrisa y si había confianza con un buen chiste, poniendo el toque de humor a la conversación. Hoy empieza Agustín su jubilación, esa que suele hacer la mayoría de la gente con 65 años, él la va a hacer con algunos más. Va a tener más tiempo para descansar, para dedicarle a su mujer y a su familia, a pasear por el barrio, en definitiva a seguir sembrando la buena noticia allá por donde vaya como él bien sabe. Este sábado 16 de octubre en la misa de 7 de la tarde se le hará un merecido homenaje. Desde la parroquia se invita a todos los vecinos a asistir a este emotivo evento.


Comentarios

Eva ha dicho que…
Muy merecido descanso, aunque vamos a notar su falta en la parroquia. Es una persona que se ha ganado la simpatía y el cariño de todos,además es un buenisimo vecino que siempre tiene una palabra amable, una sonrisa y un saludo para todos. Un abrazo para él y su esposa que tambien es muy buena persona. Eva

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