¡Insistir en la honestidad!

Por Luis C. García Correa y Gómez
No hay vida natural sin honestidad.
La felicidad y la libertad están basadas en la honestidad.
Tener, desarrollar y compartir la honestidad es ser santo.
La santidad es el estado personal en el que la honestidad preside todos los órdenes de la vida.
Sin honestidad no puede haber relación normal.
Todo lo bueno se basa en la honestidad.
La importancia de la honestidad es tal, que sin ella la vida, el Planeta Tierra y la subsistencia serían imposibles.
La honestidad se aprende de niño, y se amplía a lo largo de la vida.
La corrupción es la falta de honestidad.
Benditos sean los honestos, de ellos es el reino de la tierra y del cielo.
El honesto vive la honestidad de forma natural. No sabe vivir sin ella.
El bien es una manifestación real de la honestidad.
Benditos sean los honestos.
Sin honestidad no hay vida natural, ni felicidad ni libertad.

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