¡Ir de líder por la vida!

Por Luis C. García Correa
Ir de líder por la vida denota petulancia, arrogancia, falta de humildad, y sobre todo falta de educación y de respeto a los demás.
La falta de valores morales, éticos o religiosos -como consecuencia de la falta de educación- es el cimiento en donde se edifica y se desarrollan los líderes que van por la vida como salvadores de todos.
No respetar y considerar a los demás es un pecado de lesa humanidad, un pecado que daña a la gente.
Uno de los mayores pecados personales y sociales que se pueden cometer es cuando vamos de líderes por la vida.
Creerse mejor que nadie. Insultar y no respetar. Presumir de verborrea. Exhibirse, creerse un líder, y presumir de ser un líder, denota, claramente, la falta de valores, es algo que le califica de antemano, y lo coloca en el lugar que le corresponde: en el final de la escala social.
Quienes van por la vida cómo líderes y salva vidas, se colocan a unas alturas imaginadas, que, cuando tienen la suerte de darse cuenta de lo que en realidad son, si no se agarran bien la caída es enorme y sonora.
"¡Cuanto más alto se está, mayor es el talegazo!"
Tener la oportunidad de ser oído y poder expresarse teniendo a un público que le escuche, es algo muy bueno, pero si no hay respeto, humildad, honestidad y amor por la educación recibida y aceptada, la caída y el descrédito son enormes.
Quién falta al honor, a la honestidad y al respeto a los demás se rebaja a la categoría de maleducado y de pequeño dictador.
Si, además, se aprovecha de su posición, es un malvado, maleducado y un presumido de marca mayor.
Si a la carencia o falta de educación se une el odio y el rencor, cada vez que habla quien va de líder por la vida manifiesta, de forma aterradora, su miseria moral.
"¡Los que van de líderes por la vida son dados a discursos que ofenden a quienes consideran sus oponentes o contrincantes!"
Hay quien se apoya en compañeros, que son la claque del aplauso cada vez que ofende, y así sigue en su perorata. Muchas veces eleva el tono para preparar a la claque que luego le aplaudirá. 
"¡Ir de líder por la vida es caer en la tentación del mal!"
Ese tipo de líder es bocatto di cardinale, pero no del bien, sino del mal.
El mal se aprovecha, y le saca gran partido, a esos que van de líderes por la vida, consiguiendo imponer su maldad. Con el agravante que los aplausos los enervan aún más, y cada vez aumenta el insulto y así hasta que ya no tiene nada más que decir.
La humildad, la educación, la honestidad, el saber estar y respetar son los cimientos del bien.
El bien es en lo que nos debemos fundamentar para no ir como esos chocantes y espeluznantes líderes.
Hay quien se aprovecha de su posición o cargo para insultar, utilizando todos los medios a su alcance, tales como visitar a alguien a quien hay que respetar y va en mangas de camisa exteriorizando su desvergüenza y falta de respeto, tratando de insultar, sin darse cuenta que quien se descalifica es él o ella y así queda retratado como lo que es.
Dejan una huella de maleducado -lo que hacen los que van de líderes por la vida-  de irrespetuoso, de rencor y odio, y quedan marcados a perpetuidad.
"¡Ir de líder por la vida sembrando el mal, el mal recogerán!"
¡¡Lo que se siembra se recogerá!!!"

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