¡Salvar al planeta Tierra!

 

Por Luis C. García Correa    
“¡Nunca es tarde si la dicha es buena!”

Todo lo que hagamos por parar e invertir el ciclo aterrador del Punto de no Retorno en la degradación del Planeta, es vital.

“¡Para curar un cuerpo llagado no se trata solo una parte sino el todo!”

La buena voluntad ya no sirve. Se necesitan medidas drásticas e inmediatas.

El Planeta Tierra, nuestro necesario e imprescindible hábitat natural, ya llegó al “No va más”. Hace tiempo que entramos en el Punto de no Retorno. Lo que significa catástrofes y muertes.

“¡¡¡El Planeta Tierra, nuestro necesario hábitat natural, no está llagado solo por unas partes, lo está en su totalidad!!!”

“¡Actos parciales reducen el mal, pero no acaban con el mal!”

En nuestro caso terrenal, los parches solo sirven para gomas picadas, no para un neumático roto y deshecho.

El cambio climático por la contaminación y destrucción, no es una entelequia, es una espantosa realidad. No es una quimera es una realidad.

Los actos parciales disminuyen el mal pero no curan.

Uno de los mayores y aterradores contaminantes son los motores de combustión de petróleo. Y lo son los coches, “los más de los mil millones de vehículos que circulan cada segundo”, en nuestro vital Planeta Azul. Nuestro imprescindible hábitat natural.

“¡Que haya tenido que venir una pandemia para reducir la contaminación!”

“¡Vega Dios y lo vea!”

El Planeta Tierra no desaparecerá. Serán solo unos millones de personas las que no sobrevivirán. No podemos acostumbrarnos, no podemos resignarnos, y menos olvidarlo.

Me asombra y aterra el poder de los poderes perversos que solo buscan y tienen como fin: ganar dinero y más poder.

La humanidad, al menos la mayoría de los hombres, estamos aborregados.

Por si hay dudas: estar aborregado es seguir y acatar, ciegamente, por pasotismo, deshonestidad e insolidaridad, incluso hasta por desconocimiento, las órdenes de los poderes perversos.

Hasta tanto no haya una mayoría de la humanidad con una visión solidaria: usted, yo, el vecino, el amigo, el socio, el compañero, el familiar…no habrá solución. Hasta que nos pongamos de acuerdo y decidamos seguir teniendo nuestro normal y necesario hábitat natural, el Planeta Tierra, y custodiarlo, no creo que nos salvemos del aterrador holocausto final de la gran mayoría de la humanidad. “¡¡¡Hasta tanto no haya acuerdo y ejecución no hay solución!!!”

Ya comenzamos el declive, y el final del camino sigue su curso devastador y mortal. Si no paramos “YA”, no solo no existirá nuestro hábitat natural, sino que millones de personas morirán. Como puede ser usted o yo. Su hijo o su amigo. O el mío.

No quiero ser partícipe de este holocausto final de destrucción. ¿Qué puedo hacer? No lo sé. Pero sí sé lo que estoy viviendo con claridad meridiana y sin la menor duda, desgraciadamente.

Solo se necesita tiempo. Lo que nunca regresará jamás.

Quisiera ser un alarmista sin tener la verdad.

Serán millones de personas las que morirán, como las más de un millón que murieron el año pasado. Y de esas muertes todos somos culpables, por activo o pasiva, queramos o no. Ahora se suma el coronavirus.

Hasta tanto no dejemos de contaminar y destruir el medio ambiente, el holocausto sigue su proceso mortal. El final se acerca rápidamente.

Ya usted no puede alegar ignorancia. ¿Qué hará? Yo ya tengo testamento, por si mi familia sobrevive.

Comencé, hace más de seis años, dejando de conducir para no contaminar. Aparqué mi flamante Mercedes y hasta que me llegue la muerte nunca más volveré a conducir para no contaminar.

Hoy tengo ese maravilloso servicio de taxis que uso y disfruto por mi edad, comodidad, y hasta ahorro. Veo ahora lo que nunca antes había visto y eso que había pasado mil veces por esos lugares, conduciendo. Y muchas cosas más. No conduzco ni conduciré jamás. Con el añadido de que ahora me gasto menos que cuando tenía mi Mercedes y viajo como un señor, de puerta a puerta.

Amo, apasionadamente, a la humanidad y al hábitat natural. A ellos les debo lo que vivo de felicidad.

No pretendo, ni se me ocurre dar consejos, los necesito. No me creo capaz de darlos. Pero reflexiono en voz alta. Solo expongo lo que creo que es la realidad.

“¡Ahora usted dirá!” ¿Qué hará? “¡¡¡La falta de criterio, de participación y honestidad está matando a la humanidad!!!

Y ahora con el añadido del coronavirus.

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