¡Agachar la cabeza!


Por Luis C. García Correa

Agachar la cabeza es una forma de manifestar el estado de ánimo, aceptar una reprimenda, mostrar humildad, conformidad, obediencia, arrepentimiento, cobardía...

"¡Agachar la cabeza es una forma de expresar un sentimiento en ese momento!"

"¡Lo contrario a agachar la cabeza es sentirse seguro en lo que dice o hace!"

No agachar o agachar la cabeza, como vemos, es una manifestación relacionada con la pregunta que nos han hecho, con la situación que se nos presenta.

"¡La humildad, la virtud de los santos, es la vivencia de los valores morales, éticos o religiosos!"

"¡Agachar o no la cabeza depende de la verdad, de la humildad y del amor!"

"¡Se agacha o no la cabeza con humildad cuando hay amor!"

El honor, y el respeto a la verdad, están relacionados con la forma de agachar la cabeza.

Hay quien agacha la cabeza por ser esclavo del mal.

Hay quien agacha la cabeza por amor a la libertad. Como señal de respeto y consideración al interlocutor.

Hay quien agacha la cabeza por cobardía y sumisión.

La vida nos ofrece múltiples ocasiones para agachar la cabeza.

¿Cuándo agacha usted la cabeza? Según cuándo, y cómo lo haga, sabrá si es valiente o cobarde.

Vivimos una época de enormes incertidumbres.

La pandemia del coronavirus, y la crisis económica, que ya nos abraza, van a ser, o son, momentos trascendentales de la humanidad.

Ahora sabremos quiénes son valientes y quiénes son cobardes. Sabremos quién agacha la cabeza o la levanta con honor,

También hay la circunstancia del interés personal, que hay quien agacha la cabeza para tratar de ganar. Por supuesto, esto también es una forma de cobardía, de aprovecharse del momento para hacer su agosto, o conseguir su objetivo personal.

Quien tiene la verdad de la realidad no agacha la cabeza. Enfrenta la realidad con objetividad, con honor y, si lo hace con humildad, seguro que tiene esa verdad.

"¡Agachar o no agachar la cabeza es la gran oportunidad de demostrar su verdad!"

Los valores morales, éticos o religiosos dan un fundamento esencial para saber mantener la cabeza erguida, o, por humildad, agachar la cabeza como señal de respeto y consideración al interlocutor.

Nunca deberemos agachar la cabeza por cobardía, interés partidista, intereses bastardos, o en definitiva por intereses solo personales.

Vivimos en comunidad. No vivimos solos.

"¡La verdad de la realidad siempre es única y real!"

"¡Saber cuál es la verdad de la realidad es de sabios donde los haya!"

Agache o no agache la cabeza hágalo siempre de acuerdo con sus valores, para no tener que arrepentirse, y no quedar fuera de lugar.

Agachar o no agachar la cabeza es un signo de no tener o tener valores, que son los signos de la verdad.

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