“¡LA ELOCUENCIA Y LOS GRITOS DEL SILENCIO¡”

 

Por Luis C. García Correa  

El silencio puede ser tan ruidoso como los gritos y los lamentos del maleducado.

La elocuencia y los gritos del silencio se producen cuando la honesta participación social es inactiva.

Hay gritos que no se oyen y silencios que se oyen.

La deshonestidad y el mal comportamiento, como la corrupción y el poder perverso, están anulando la elocuencia y los gritos de los pocos hombres que son honestos y participativos.

Habrá elocuencia entendida y gritos oídos cuando haya la necesaria mayoría social honesta, participativa y unida.

Grite en el desierto y sólo le oye quien grite.

Grite en un campo de futbol y es un aficionado.

Grite y llame la atención al otro conductor, y se creerá un personaje, cuando es un malcriado y un grosero.

No conteste al maleducado y su silencio será tremendamente elocuente y sonoro.

Educada es la persona (nunca mejor dicho: es la persona) que no grita. Que no contesta con un grito o exabrupto al que le llama la atención sin educación. Y si se calla, no dice nada: su silencio es un grito sin sonido pero tremendamente elocuente. Que, si el maleducado tiene sentido de la vergüenza, se tendrá que sentir avergonzado por la corrección del educado.

“¡La elocuencia y los gritos del silencio deberían ser una manifestación de la educación general, y no una contestación a un malcriado!”

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