El Adios de Nardy Barrios, crónica de una marcha anunciada.

La pasada semana se produjo el tan "esperado" y "anunciado" adios de Nardy Barrios del Grupo de Gobierno de nuestra ciudad de Las Palmas de GC. Esperado porque ya llevábamos un tiempito oyendo por aquí y por allá sus "amenazas" al Grupo Socialista que tan buen cobijo le dio y que no ha sabido aprovechar, desde mi opinión, para el bien común. ¿Saben una cosa? Que pronto vamos a echar de menos a Nardy Barrios, porque políticas como ella hacen falta en nuestra ciudad. Por muchas cosas se le conocía a Nardy Barrios antes de entrar a formar parte del grupo gobernante municipal. Por patearse los barrios, estar con los vecinos, ser una política abierta y disponible y a la que podíamos ver en cualquier acto de cualquier barrio de nuestra ciudad. Pero eso de golpe y porrazo cambió, y los vecinos de esta ciudad no sabemos ni cómo pero sí cuándo ocurrió. Cuando cogió una de las carteras más "desgastonas" de un municipio. De golpe y porrazo ya no estaba tan "disponible" como antes, ni la veíamos en los barrios como antaño e incluso ni respondía a los mensajes en su página web, buen ejemplo de participación y comunicación con los que con ella querían contactar. Creo, a mi humilde entender, que a Nardy se la va a conocer de esta etapa por cosas más negativas que positivas y si no piensen: los desencuentros con el Alcalde y concejales, los bancos de San Telmo, los floreros de Triana y Vegueta, la chapuza y el posterior cierre de nuestro Adán del Castillo, los fallos de las luminarias de Las Canteras y tantas y tantas cosas que han dejado tras de esta política "vocacional" un desgaste tal, que no sabemos si podrá recuperar algún día la confianza que antes teníamos en ella. Esperemos que no se marche y que vuelva con "ánimos renovados" y eso sí, siendo la política de "antes", la que no se "casaba con nadie" y la que no se callaba nada. Porque, aunque esta etapa no haya sido para guardar los mejores recuerdos, a buen seguro que, conociéndola, le habrá servido para valorar que hay cosas que no se deben perder por estar en el poder.