¿Hay límites para soñar?

Por: Luis C. García Correa y Gómez
El vivir casi en un paraíso no limita las posibilidades para soñar, quizá los incentive.
¿Somos conscientes de la maravilla que es vivir en Gran Canaria o en cualquier otra isla de Canarias?
Creo que si fuésemos conscientes, “otro gallo nos cantaría”.
¿En qué soñamos los grancanarios?
Dejando a un lado lo primordial, creo que soñamos con un coche.
Quien no tiene un coche se siente frustrado.
Y aclaro cuando digo “soñar con un coche”; porque con las necesidades vitales no se sueña, se necesitan, como lo son el trabajo, la vivienda, la educación etc.
Soñar es tener ilusión de algo o de alguien; la ilusión sólo la limita la conciencia bien formada.
Y ¿quién tiene conciencia formada?
El que ha sido educado en valores morales o religiosos, unos los ha aprendido y hay otros que los ha desarrollado del instinto natural o del sentido común que tenemos todos los humanos.
Los humanos somos buenos por naturaleza. El malo y el maleducadosuelen estar “muy juntitos”.
¿Qué puede soñar una persona que le mueve la maldad y no la domina?
No lo sé, y me gustaría saberlo, porque lo necesitamos: porque de esos sueños sacamos valores por los que luego nos movemos en la búsqueda del bien.
Yo, sueño como muchos, y a diario, con un mundo mejor.
Oigo, con mucha frecuencia, opiniones de particulares acerca de la crisis (económica y falta de valores). Pero… ¡No oigo, - al menos yo, y de forma mancomunada -, las opiniones de las Asociaciones de vecinos y de sus Federaciones, o de otros entes asociativos!
¿Qué pasa? ¿No hay participación social? ¿Se ha dejado de soñar por metas alcanzables, para las que no se necesitan la participación de los demás?
¿Qué sueñan las Asociaciones y sus asociados?
No lo sé y me gustaría mucho saberlo, porque lo necesitamos.
Los pueblos podemos soñar cuando actuamos como tales.
Soñar por un mundo mejor, es absolutamente necesario; pero no hay que olvidar que para ello se necesita tener una conciencia clara de los valores que nos mueven.
¿Hay alguna posibilidad de realizar sueños sin valores?
Creo que no, al menos tiene que ser muy difícil.
Soñar es una necesidad real que engrandece el alma, dilata la capacidad de amar y derrama alegría.
Por supuesto, esos sueños tienen que ir acompañados de unas inquietudes honestas y de participación, lo contrario son un espejismo que se desvanece con la realidad.
¿Creo que aún me falta mucho que terminar de aprender de nuestro querido y soñado pueblo?
Sé que hemos sido un pueblo noble, educado, trabajador y honesto, y que vivimos aún en un paraíso con el clima más benigno del Planeta Tierra.
Que vivimos en medio del mar de la riqueza y a camino de tres continentes.
Nuestras virtudes han sido la mejor carta de presentación en el mundo, no digamos en América.
Espero y confío que podemos soñar con un mundo mejor, al que todos tenemos derecho, pero sin olvidar la obligación de participar.
En espera de ello, les saludo con todo cariño.

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