Mi visión de la libertad

Por: Luis C. García Correa y Gómez
 http://lugarcorrea.blogspot.com.es.
La libertad es un regalo y un compromiso.
¡Qué enorme don! Hacer el bien, o hacer el mal ... con todas sus consecuencias. ¡Qué responsabilidad!
Es difícil ser feliz sin libertad. Al menos sin la posibilidad de tomar decisiones.
Los valores ensanchan y alargan la libertad. La hacen grande y más profunda.
La falta de valores hace a las personas infelices. El alma se embrutece, y se suele exigir a otros lo que yo no hago, o no he hecho.
El comportamiento es consecuencia de la educación recibida y aceptada con libertad.
Erudición y educación son cosas distintas. Un sabio puede ser un mal educado. Su libertad y su felicidad se empequeñecen. No hay proporción entre sus conocimientos y su comportamiento.
Actuar mal, con mala educación y malos deseos, denota falta de valores. Degrada la libertad.
A mi entender, alguno de los fundamentos sagrados de la libertad son: el respeto al ser humano, el respeto a la vida y el respeto al alma. Y hacer todo por amor.
Uno de los pecados contra la libertad es matar. Su gravedad es proporcionada a la indefensión de la víctima.
Quien ofende a otro, falta a la libertad (a la propia y a la ajena). Y además es un maleducado.
Libre es el que tiene valores y vive de acuerdo a ellos. Quien es consecuente.
Si nuestra meta fuera la búsqueda de la libertad más plena, los creyentes añadiríamos el amar a Dios y al prójimo.
Seremos inmensamente libres e inmensamente felices en la medida en que amemos a Dios y al prójimo.
¡Qué fácil es faltar a la libertad! ¡Qué difícil es ser auténticamente libre!
“A mayor libertad, mayor respeto y consideración”.
Seamos libres y felices, y ahuyentaremos el obscuro mundo del mal.
Con el deseo que la plena libertad y felicidad sea el estado normal de todos nosotros, reciban mi agradecimiento y el ruego de sus comentarios, tan necesarios para nosotros.
Gracias.
 

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