Protagonistas del cambio

Por: Tomás Galván Montañez
Es bien sabido por todos que la situación económica actual, acusada por numerosos factores como el estrés, la rutina o la desesperación por saber cómo se irá desenvolviendo esta crisis –que comienza a traspasar límites insospechados-, está enturbiando y relegando a planos inferiores valores tan básicos como la convivencia entre las personas, la solidaridad, además de frenar cualquier atisbo de progreso.

El movimiento 15M, más bien el espíritu de esas personas que reivindicaban cambios, supuso toques de atención importantes para todos, amén de demostrar que comenzábamos a despertar de un letargo y sumisión de años. Un acontecimiento relevante que, tristemente, se ha ido enturbiando por asociaciones o personas que han alterado la esencia del movimiento ciudadano. Tras esta corriente que ha suscitado acalorados debates, han surgido nuevas formaciones vecinales e, incluso, algunas han recobrado fuerza y presencia social.

Pero el caso que ocupa mi espacio de opinión de hoy no es el 15M, que me ha servido de ejemplo para demostrar que los ciudadanos estamos despiertos y comprometidos, sino hablar y reconocer el éxito de ayer de la campaña SOMOS! Unidos para cambiar el mundo surgida tras la unión de reconocidas ONG.

El pasado viernes 8 de junio, fuimos muchos los que dimos la vuelta a las cosas para volver a dar señales de que estamos comprometidos con un cambio inminente del mundo, si bien es cierto que no podremos hacer nada si no nos revisamos a nosotros mismos y reiniciamos nuestra forma de ver las cosas. Así todo, la campaña motivó a rostros conocidos y consiguió que las fotos en las redes sociales diesen la vuelta además de salir a la calle con una prenda de ropa del revés. Con estos simples gestos de dar la vuelta a las cosas se demostró que hay gente dispuesta a hacer algo. Y esto es buena señal, como también lo es el número de personas que colaboran con ONG.

Con respecto al Días SOMOS! y el afán de cambiar el mundo, algunos comentaban que para qué esa nimia iniciativa que no supondrá nada. Escuchando esas respetables declaraciones se me antoja la frase de Madre Teresa de Calcuta, «Quizá lo que hagamos no sea nada más que una gota de agua en el océano. Pero, si no hacemos nada, al océano le faltará nuestra gota». Esta cita dice mucho, y si no hacemos nada, por poco que pueda parecer, al cambio le faltará nuestra aportación.

Son momentos complejos, espinosos, que nos llevan a la más profunda de las reflexiones que podemos plantearnos para modificar aspectos de nuestras vidas, en una sociedad que ansía y pide, con ímpetu, un cambio de actitudes y una apuesta clara por los valores, que parecen ya cosa del pasado. Las crisis nos curten, y son oportunidades de cambio que hemos de aprovechar.

Estoy convencido de que es momento de resistir, de unir fuerzas, de apoyarnos, de buscar el punto común que nos une a todos y desoír aquello que nos divide, y solo usar las diferencias como acicate para complementarnos y generar ventajas. Tenemos que aprender a escucharnos, a pensar si realmente estamos caminando correctamente.

Dejemos de ser partícipes de la crisis y comencemos a ser testigos y protagonistas del cambio.

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