La falta de Autoridad en la Autoridad

Por Luis C. García Correa y Gómez
La falta de autoridad en la autoridad es un problema que puede llegar a ser grave.
No tener y no aplicar de manera honesta la autoridad es nocivo para la sociedad, en especial cuando los ciudadanos no son participativos, o cuando, quien tiene autoridad y no la ejerce, está dominado por poderes perversos.
Los pueblos que no son honestos ni participativos tienen autoridades deshonestas y no participativas, dictatoriales o, al menos, refractarias a considerar y hacer todo dirigido y orientado al bien de la comunidad.
Se puede dar la paradoja de que una autoridad – un político que ha sido elegido, por ejemplo – diga y haga lo que le diga una empresa, o un grupo de ellas, imponiendo la arbitrariedad de unos pocos al conjunto de la sociedad.
La falta de autoridad en la autoridad, elegida democráticamente, es un problema grave.
Una cosa es tener autoridad y ejercerla honestamente, y otra es aprovecharse o utilizar la autoridad para actuar como dictador, con buena o mala voluntad. El efecto es el mismo: esclavizar y beneficiarse por la corrupción, que es permitida por la falta de participación de quien le ha delegado la autoridad, el pueblo que no participa y que, seguro, hará algún comentario.
Con bastante frecuencia se acusa a los corruptos, y éstos siguen donde están. Y se vuelve a oír el comentario, la repulsa y la queja, pero sin que nadie haga nada, salvo hacer quejarse individualmente.
Las individualidades en la comunidad no tienen valor ni son efectivas.
La honesta participación de la mayoría, es absolutamente necesaria y es muy efectiva.
La falta de autoridad en la autoridad abre la puerta a los males en una sociedad.
La falta de la honesta participación personal y social, en las necesidades de la comunidad, es el origen de los males de esa comunidad.
Hace unos años, las Asociaciones de Vecinos, Culturales, Deportivas… informaban a la autoridad: todos juntos buscaban y luchaban por el mismo objetivo, lo que traía como resultado la solución del problema.
Hoy, ni siquiera las redes sociales son la vía para la honesta participación que dé su aportación a la solución. No hay mayorías.
¿Qué se puede hacer con la falta de autoridad en la autoridad? Crear uniones –por las vías que sean – pero crear uniones para conseguir mayorías que, con honestidad y participación, vuelvan a exigir, dar y aportar la solución de los problemas.
¡La honesta unión es la solución! ¡
¡La honesta unión sigue siendo la solución!
¡Sin la honesta unión de la mayoría no se consigue la solución!
¡La falta de autoridad en la autoridad se soluciona con la honestidad, la participación y la unión!

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