Haber nacido

Por Luis C. García Correa
Haber nacido se lo  debemos a nuestros padres, y los creyentes creemos, firmemente, que le debemos la vida a Padre Dios.
Haber nacido es una dicha porque la felicidad terrenal es de los nacidos.
Nacer es ser para ser y para hacer, para compartir y repartir, y para recibir.
Nunca se nace para no hacer y no compartir, y para no recibir. Sería de un egoísmo superlativo, y no se podría tener felicidad, porque la felicidad es vivir la honesta participación como consecuencia de compartir.
El compartir es una consecuencia de los valores aprendidos, heredados y aceptados.
Compartir con honestidad es dar y repartir lo que sea necesario, gastar tiempo y recursos en ayudar, como consecuencia de ser buen nacido y de ser agradecido.
Haber nacido es una dicha, un gran honor y una gran responsabilidad.
¡Haber nacido! ¿Qué dicha!
¿Qué tengo que hacer ahora?
“¡Ayudar, para eso hemos nacido, para ayudar y ser ayudado!”
El aislarse es separarse, es quedarse solo, y quien quiere soledad, que la tenga en cantidad, que le producirá infelicidad y soledad. Pero no se lo deseemos a nadie.
Hoy hay un medio maravilloso, un aparato, pero que su abuso y uso esclavizador aísla tanto que la vida se convierte en virtual y nada natural. Me refiero al sometimiento esclavizador del uso y del abuso del móvil y hasta del ordenador. Y la tenencia del coche.
Haber nacido para vivir virtualmente, es perder la vida del amor, de la felicidad y caminar por el sendero de la soledad.
“¡Haber nacido es grandioso, hermoso y verdadero al estar vivo, para continuar vivo, porque no hacer estando vivo es estar solo en el olvido, como muerto estando vivo!”
“¡Haber nacido es una responsabilidad, un honor y un tiempo para hacer!”
“¡Haber nacido y estar vivo tiene el fin de ser, no dejar de ser, y hacer!”
“¡Haber nacido es la realidad y necesidad del vivo en hacer para ser!”
“¡Haber nacido para vivir la realidad real y no la virtual, la natural!”

Comentarios

Entradas populares