Los dos fenómenos

Por Antonio Domínguez
Considerando estos dos fenómenos digo, no pueden estar sujetos ni a la educación del individuo, ni al medio tampoco (el cacareado hombre y el medio) eso es mentira condicionada en gran parte, no basta estar sujetos ni a buenos ni a malos tratos de la vida, porque yo he conocido en Tamaraceite (es verdad que en tiempos de represión) un montón de gente maltratada por la vida y son incapaces de partir un geranio, o rayar un coche con un clavo, y de tal y de cual y etc. Ahora sin embargo, los desheredados y maltratados por la vida, se les concede supremacías, comprensiones; que yo no digo que este de más o que este mal ni nada de eso; solo constato hechos; y están haciendo la riña, le pegan fuego a un almacén, se orinan en una fuente y hacen perrerías de continuo. Los llenazos a reventar “de estos espectáculos” son de secreta vergüenza porque se evita sacar a plaza lo que nada bien nos dejaría. Vamos, yo no creo, ni someto la conducta a variopintos factores, aunque concedo importancia al genético propiamente; pero, ni aún el factor genético es absolutamente expeditivo. Aquí es donde en el individuo, sorteando, cobra en absoluto importancia su individualidad. Por mucho que me he parado en este aspecto, no he podido encontrar familiaridades ni parentescos con ninguna disciplina y ningún saber que mejore al individuo, porque hay verdaderas calamidades, verdaderos mentecatos, (que van con los del montón) como decía al principio; el mundo esta lleno de mentecatos con talento. Aquí el talento incluso no sirve para nada en el aspecto que estamos tratando.
“Cuando los ojos se vuelven hacia adentro”, se mira a las remotas lejanías; todo ello es mérito de un organito chiquitito que mantiene un niño pequeño en las manos. Es asombrosa aun la menor capacidad gris. Una idea, ideas las tenemos todos desde el mas chico al mas grande… que son de vinientes de los conocimientos almacenados ¡SÍ! Que son más grandes cuando  los conocimientos son superiores, ¡SÍ! Pero, nunca son exteriorizadas en el momento en que se reciben; tienen que ser colmatadas por bastante conocimiento añadido; el cual va generando el conocimiento asociado lo que va entrando a juntarse con lo ya establecido, para en su momento ser parido. La idea producida por un conocimiento cualquiera (chico o grande) “necesita de la entrada de un ciclón posterior” que ella misma genera para que “empuje, arrincone y ajunte todo su material”; de lo contrario quedara todo diseminado, difuminado en la horterada de la ocurrencia. A esto en metáfora le llamo; “la gran paradoja del vendaval”. Referido a que el conocimiento piensa, porque es de cajón (de libro todavía no), que, sin conocimiento no hay pensamiento maldito ni vendito. Al pensamiento burdo nos referimos. 
Comprendo por la fenomenología misma que me invade, que estas reflexiones se quedan lamentablemente por tremendistas y desatinadas. Luego, así es la cultura ilustrada y la no ilustrada. Partimos ahora de una realidad ya totalmente construida. Nadie debe olvidar el tiempo que llevamos los humanos en el planeta. ¡Y si esto es lo que hemos conseguido!, que no espere nadie otra cosa que pudiera ser a lo peor de aquí a dos mil años.
Y eso es fatal porque no despertará el interés que solo despierta el tremendismo y el desatino. A estos dos venenos, a los que es tal la tolerancia que aun las sobredosis son inocuas en lo que se esnifa ya la embarazada. ¡Ya nadie se asombra!, ¿debe alguien asombrarse?. ¡Creo que no!, estamos en el momento donde la mentira y la trampa son las que ganan dinero y elecciones; y donde toda degeneración tiene su asiento. Vamos a distender un poquito esto haciendo “unos estiramientos” para luego seguir corriendo en la lectura con fuerza.

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