¡Todo es mentira lo que el mundo encierra!

Por Antonio Domínguez
No crean que evitarán el pago echándose a correr Guayadeque abajo. Bale mas que se junten todos y paguen la baca entera al viejo que la asó aunque no se hayan comido sino las criadillas. Aquí habría de haber la vanidad y el orgullo para decir: ¿y a mí que me importa? Lo mas jodido es que de verdad me importa, la ganadería la agricultura, mi ayuntamiento y el calamitoso cabildo en la gran poca suerte ecologista; ejerciendo ellos además propiamente de ecologistas; hasta que a la Unidad Europea se le caliente la cabeza a pique de quemársele hasta los pelos y nos manden o a trabajar, o al carajo, o le digan a España que si tanto le interesa susténtanos tirados al sol como un pueblo de subnormales sudamericanos, que lo hagan con su dinero cosa que España no puede porque ya va comino de los dos billones de deuda; generados en mas de las tres cuartas partes por ecologiar ecólogo ignorando y no cultivar sino el 0,5 de la isla para decir mintiendo, de productos cosechados aquí. Eso va a traerle monumentales problemas a Europa como se conchaben los rusos con los “angelitos” del habla dólar y de la libra ventajista.  Nunca se olvide que Inglaterra se fue de Europa para hacerle el gusto a Trump y si hay que revolver y satirear las islas, Inglaterra como sucursal estará a lo que diga el primo del zumo sol, pero como siempre he dicho: nada se saca de apretar si la propiedad particular es corta; o si el peine es chico tampoco vale para lo que son grandes melenas. ¡¡que sea lo que Dios quiera!!, si quiere cosas aceptables; porque si le da por las perrerías que acostumbra permitiendo matanzas de niños, de viejas y jóvenes; robos de órganos (presuntamente) para vendérselos a un “jediondo” viejo millonario; mas vale no pedirle nada a “ese hombre” por si acaso le recordamos una putada que nos tiene preparada. 
Cuando se sabe que una comunicación de palabra podía haber sido mejor. Cuando se tiene la sensación frustrante y hasta vergonzante que al humano vocabulario le faltan voces que lleven mas allá nuestro conocimiento porque esté nuestro conocimiento adelantado a la “herramienta” que tenemos para manifestarlo al total … ello lo puede padecer y de hecho, (si la herramienta no sirve) lo puede padecer la mas grande y brillante genialidad.
Quien está sufriendo y dándose cuenta de eso es el pensamiento excelencia, que como ya hemos dicho “piensa” sin signos idiomáticos y que lo hace por reflejos formales. La intuición tiene un viaje de ida y vuelta… sabe porqué: va siempre en vanguardia (a mas conocimiento-pensamiento, mas intuición). Cuando el fenómeno conocimiento ha sido lerdo para lo que se ha de hacer en una apertura, brinda una salida a la intuición desde los dominios de la propia intuición a relacionarse con los mecanismos mas burdos del cerebro; lo que llamamos una develación; cuando regresa rebotada a su dominio desde la tosquedad y sufre de impotencia, a eso, le llamamos una apertura hacia el propio interior y es ya entonces una velación. Ya no interesa si develó algo al fenómeno conocimiento-pensamiento. Es cosa bastante improbable que se pueda traer algo desde donde nada puede ofrecerse; como venimos diciendo hasta llenar a tope la gorra. 
La sensación, la intuición y sentido del fracaso, por consiguiente no pertenecen a la razón. La razón no tiene impresiones, sensaciones ni nada por el estilo. Absolutamente todo para lo que no tenemos explicación, no podemos ser rácanos al punto de no reconocer, que todo lo que está en la razón tiene una explicación aceptable o disparatada. Las cosas sin explicación pertenecen a otra área: la que tiene el cerebro para la maduración de asuntos y que pertenece “al mundo” de lo genuino. La razón sirve para todo y se sirve a sí misma, pero no sirve para sí misma, porque, va a su exacta condición beneficiándose y perjudicándose, no pudiendo evitar triunfos y fracasos… es prisionera de sí misma, sirve para lo que sirve y para lo que no sirve no sirve. Quien nos guía, nos da seguridad, tranquilidad y quien nos pone vigilantes cuando es oportuno, es ese recóndito mecanismo; esa esencia cargada de las esencias (materiales) empíricas. Esa magnífica memoria subconsciente donde está todo fastuosamente ordenado. Donde la razón es absolutamente nadie y se llama: intuición, que es a lo que yo llamo pensamiento genuino. 
A estas alturas no solo han muerto, o yacen medio matados algunos grandes conceptos, sino que además han desaparecido los pequeños, y entre ellos los del mequetrefe francés Descartes; que vendió su/la pluma de su sofisticada existencia al poder religioso; lo que fue pagado con dinero y con el título de ¡padre del pensamiento moderno! ¡¡Ahí queda eso, hay que joderse!! Léalo usted mismo sin predisposición ajena; primero se asombrará, y después comprenderá la/su equivocación inducida, y su criterio propio ninguno. Descartes entre otros fue el que disfrutó el descarrío de postular la matematización; que la vio como único camino de acceder a la certeza y relegar dudas; cuando las matemáticas están siendo “superadas” por ideas del conocimiento complejísimo del espacio exterior ¡y del interior también!. Siempre hay puntos para los que no existe camino formal de llegada y no podemos decir si lo habrá algún día. ¡SI!, el pensamiento genuino es un pensamiento omnipresente, pero no sabemos prácticamente nada de su génesis… no lo saben ni Messi ni las neurociencias. 

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