Hablar cara a cara

Por Luis C. García Correa
Los seres humanos pueden tener tendencia a someterse a la esclavitud, según sea  la falta de educación y de preparación.
 ¿Aceptamos con facilidad la esclavitud? No. Si no es así: ¿Por qué somos tan fácilmente esclavos de los medios que facilita la técnica como es el móvil, el coche, el ordenador…?
Hemos luchado y derramado sangre por conquistar la sagrada y necesaria libertad, y va a resultar que sin embargo somos unos esclavos.
En el siglo XXI, en el que hemos conseguido adelantos en la técnica jamás imaginados –y solo estamos en el principio–  somos esclavos de la técnica que han desarrollado.
¿Cómo convencer que no hay nada como mirar a una persona a los ojos, oír su voz y entonación, sentir su proximidad, su presencia, y saber y entender de lo que estamos hablando,  y no limitarse a leer lo que han escrito otros sin saber quién ha sido y si ha salido de su corazón y de su verdad, o si es solo decir y escribir sin sentir?
Todos estos comportamientos ilógicos, irracionales, miméticos, copiando lo que otros dicen y escriben, sin tener criterio propio, forman una definición de la esclavitud.
Hablar cara a cara es y ha sido la forma y manera que hemos usado durante millones de años para entendernos.
Inventan medios maravillosos de la comunicación, que ha hecho posible la maravillosa globalización, y lo que es un gran medio lo han convertido en un fin esclavizador.
“¡¡¡Menudo tiempo nos espera!!!” Para colmo imitamos tanto que usamos palabras inglesas (quizá hasta con presunción y mal empleadas) en vez de españolas, cuando tenemos un idioma riquísimo en su vocabulario. El mimetismo  y el exceso de copia informal o incluso de copia fraudulenta están manifestando la falta de identidad de un pueblo subyugado a los foráneos.
Le puedo decir a usted: ¡Qué buena persona es! Y se puede interpretar de forma positiva o peyorativa, porque puede haberse dicho con sorna, con burla, como crítica, y no como alabanza. Esto se sabe de forma inmediata en una conversación presencial. Pero no a distancia.
¿Cómo se puede diferenciar esa frase en un medio digital y saber qué sentido tiene? Usted me lo dirá.
No hay ni habrá nada más claro y efectivo que “el cara a cara” en una conversación. Lo demás puede ser interpretativo con el riesgo de equivocarse y afirmar lo contrario a lo que dice.
¿Cómo podemos titular, describir, desarrollar con palabras el momento decadente que volvemos a vivir en una sociedad dominada por las imágenes y medios digitales?
Que se lo pregunten a los romanos cuando entraron en decadencia y una clara demostración era la depravación personal y social, y como ejemplo fue el destape de la mujer.
Lo oculto, soñado y deseado estaba  a la vista, y ya no había ilusión de ver y acariciar lo que todos veían sin necesidad.
Hay jóvenes hoy que se masturban con pornografía en la red y no lo consiguen con una mujer. “¡¡¡¡Habrá mayor aberración!!!”
Terminaremos no teniendo ilusión por ver el cuerpo maravilloso de la mujer y acariciarlo, porque sin tener que desnudarse muchas ya van casi desnudas por la calle o en el trabajo, no se ofrece ya la ilusión de ver y acariciar lo que estaba y está reservado  para el amor.
¿Estamos nosotros ya en una degeneración y por tanto en plena decadencia camino de la aniquilación?
Por favor: Usted me lo dirá.
Hablar cara a cara, esto no lo sustituirá el móvil ni la tecnología, porque no se podrán besar ni acariciar, solo se verán en pantalla y no en la realidad. No surgirá el amor. No se comprenderán.

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