San Lorenzo, espectáculo, devoción y emoción

LPDLP. A comienzos del S. XIX  se formaron los actuales ayuntamientos, entre los que estaba el Ayuntamiento de San Lorenzo, ya que hasta ese momento la infraestructura municipal insular se hallaba centralizada en el cabildo o ayuntamiento único. El 20 de junio de 1843 en Orden Circular dada por el Sr. Gobernador de la provincia con fecha 6 de junio y en el Boletín Oficial número 4 publicado el 14 de junio de ese mismo año, tiene la confirmación como municipio el Ayuntamiento de San Lorenzo. Pero la historia de San Lorenzo va más allá de la historia de su municipio ya que el Lugar de Lugarejo como era conocido este pago de la isla de Gran Canaria fue un lugar de paso para los que iban hasta el norte de la isla.
Con la llegada de la dictadura del General Primo de Rivera y por los años 1922 a 1928,  el Ayuntamiento de Las Palmas intenta llegar hasta las inmediaciones de Guanarteme, en la desembocadura del barranco de Tamaraceite. Los concejales del Ayuntamiento de San Lorenzo estaban de desacuerdo con esta petición y solicitaron al Ayuntamiento de Las Palmas que se realizara un nuevo deslinde para evitar enfrentamientos, que hasta ese entonces llegaba por el norte hasta Tinoca, Costa Ayala y Las Canteras, cerca de lo que ahora es la calle Bernardo de la Torre. Por el este llegaba hasta Guanarteme, Arenales, la Minilla, Escaleritas (antes llamada “El Polvo” por ser una gran explanada de arena y tierra), Schamánn, Rehoyas Bajas y Lomo Apolinario hasta La Calzada. Por el sur los límites estaban en Siete Puertas, Vizcaína y Pinar de Ojeda y por el oeste Espartero, El Álamo, Barranco Lezcano y Barranco de Tenoya hasta el mar.
San Lorenzo perdió su municipio injustamente pero lo que nunca ha perdido es su identidad. El municipio de Las Palmas a partir del año 39 cambió su denominación y a partir de entonces se pasa a denominar Las Palmas de Gran Canaria. Entre injusticias, posguerra, crisis y penurias las fiestas al santo patrón, San Lorenzo, se mantienen hasta convertirse con el tiempo en una de las celebraciones más importantes de la ciudad, sobre todo por su espectáculo pirotécnico.  Cada nueve de agosto, Gran Canaria se concentra en torno a la magia de los fuegos que dan color a San Lorenzo, son treinta minutos mágicos que llenan de color el cielo de la ciudad. Espectáculo, devoción y emoción en una de las noches más esplendorosas de cada verano. San Lorenzo es calor de fiesta y calor de martirio. San Lorenzo es ir de bar en bar y tropezar con éste y aquél, con el que vino de lejos y con el que nunca se fue. San Lorenzo es encuentro de verano para hablar de cuando éramos muchachos ¿te acuerdas de…? Una tradición para los más antiguos, para el día de las fiestas, era estrenar ropa y zapatos. Manuel Cazuela antes de fallecer me contaba que su madre le compró un “ropón” (batín), unos calzoncillos con tiros y unas alpargatas de goma que se las puso en Tamaraceite y cuando llegó a San Lorenzo tuvo que tirarlas porque las tachas se le clavaban en los pies.
Antes la gente cogía el Camino Viejo y desde Tenoya y Tamaraceite hacía el camino de ida y vuelta a pie, ya que no existía ni la carretera ni la mayoría tenía vehículo para desplazarse. El mayor atractivo de las fiestas han sido los fuegos, muy famosos en toda Canarias y de los más importantes.  Mi amigo Pedro Domínguez, el barbero de Tamaraceite, me contaba que tiene recuerdos que le quedan para siempre, incluso los olores, los colores, e incluso los sonidos. Pedro me contaba que la tarde noche de los fuegos, se empezaba con el baño, porque había que ir bien "espercudido". Antaño la gente esperaba ansiosa a que llegaran las fiestas del año, lugar de encuentro para muchos que solo libraban ese día porque las labores del campo no les dejaban ni sábados ni domingos,
Las fiestas de San Lorenzo ya no son lo que eran, ni mejores ni peores, "distintas", lo que a buen seguro que no le falta es el encanto y la ilusión que se ponía y se sigue poniendo para que estas fiestas sean una de las más importantes de Gran Canaria.

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