El cobarde. La cobardía

Por Luis C. García Correa
Cobardía es la falta de valor.
El cobarde es el que carece de valor. Suele también carecer de audacia, reciedumbre, fortaleza o brío.
Cobardear es tener o mostrar cobardía.
El cobarde con su cobardía cobardea en todo lo que sea apoyado por los que no opinan igual que él. El cobarde no se respeta a sí mismo. No mantiene su criterio. Y no respeta a los demás al no ser de fiar, al no ser consecuente. Su actuación es un engaño.
Hablar protegido por los demás, escondido en la opinión dominante, oculto entre la masa, no elimina ni borra la cobardía personal.
El cobarde trata de obscurecer su cobardía, y se apoya en los demás tratando de demostrar valentía. Que no tiene. Y cuando puede deja a los demás en la estacada.
El valiente y honesto, consigo mismo y con los demás, es quien da la cara y el físico por sí mismo y por los demás.
El cobarde huye para esconderse o librarse de la pena y castigo que le corresponde, y no digamos si ha implicado a otros en su cobardía, la pena supongo, será mayor y con razón.
“¡La vida es de mucho valor para perderla en cobardías y en falta de honestidad y valor!”
“¡La vida es una maravilla cuando se vive con honestidad, honor, valor y amor!”
La cobardía es un mal que se arrastra por vida, pudiendo llegar a ser lamentablemente la herencia que se deja a los demás.
El cobarde se baña en sus propias maldades y cobardías, y se queda manchado por toda la vida. Salvo que pida perdón, demuestre  su arrepentimiento, pague el daño causado y lo repare.  Si es verdadero y sentido su arrepentimiento, y tras haber compensado el daño causado, recibirá, por justicia, el perdón merecido.
Así lo creo.  Y así lo digo. Y como siempre escucho al que me demuestre que estoy equivocado.
Si estoy equivocado ruego con la mayor insistencia que me corrijan para salir de mi error, y para pedir perdón si en algo he ofendido a alguien sin razón.
“¡La vida está llena de hechos, que son “lo que hemos hecho”. Si han sido actos cobardes y malos, y no los hemos corregido, seremos merecedores de castigo por el daño causado!”
“¡Y si ante esos hechos malos, por maldad o cobardía, tenemos la valentía de pedir perdón, recibiremos el perdón por esa valentía!”
Dudo mucho que el cobarde deje de serlo y se convierta en un valiente simplemente pidiendo perdón. Sería algo digno de mención y de admiración.
La vida está llena de actos hechos con fe, honestidad, honor, valor y AMOR Y AMISTAD, hechos que nos ponen a todos en el camino hacia la santidad. Y además seremos merecedores del reconocimiento a nuestro valor, y a gozar la felicidad y la libertad que nos hemos ganado con honor, valentía, honestidad y amor. A veces ese reconocimiento solo llegará en la otra vida, que es lo importante.
El AMOR Y LA AMISTAD son los contrincantes irrefutables de la cobardía, y es invencible frente al cobarde.
Si hacemos nuestros actos con honor, valentía, honestidad y AMOR Y AMISTAD quedaremos con el honor, valentía y honestidad que da el verdadero amor.
Anatema sea el cobarde, que debe tener más castigo si cobardemente huye de la pena que le corresponde, sin dar la cara y escondiéndose en donde cree que lo pueden proteger.
El cobarde huye de su responsabilidad, lo que aumenta su cobardía. Quien es cobarde es lo que es: un cobarde sin honor y sin valor.
El cobarde y la cobardía son una lacra personal y social, que hay que aislar por todo el mal y el daño que pueden causar.


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