Palabras...

Por Antonio Domínguez 
Parece que no, pero llevo mucho tiempo rompiendo y volviendo a escribir este divertimiento. Cambiando palabras para alejarle de la impiedad ¡¡tú no sabes lo que he luchado!! ¡Y cansa! Quizás me plantee guardar el tintero; pero ¡claro! Me fastidia tanto echar en el olvido para siempre, así como si nada, lo que dicen que ahora se puede decir. Solo me interesa el concepto; no me interesan farolas de alumbrado ni adoquines de las aceras; no caigo en pedir mas limpieza a los que están veinticuatro horas limpiando y yo que no tengo bastante con ensuciar ni me agacho a colaborar recogiendo un papel que otro tira, en fin a mí de estas cosas no me gusta hablar. Lo mismo me da dar un brinco en la acera para esquivar que cuatro porque sé que no es cuestión de perros; es cuestión de “deportistas, carnavalearos y lectores de periódicos”, y eso no tiene arreglo ninguno. Amo el aire y la gente de mi pueblo querido, por eso me expongo a impopularidad diciendo en contra del callo más arraigado para el que no hay callista. Yo hablo para liberalizar a las personas del miedo al ridículo diablo y al pecado y por el contrario respeten exquisitamente la ley humana que hoy me desprotege a mí; robado de mi municipio SAN LORENZO y mañana te protege a ti si robas para comer: hoy a mí y mañana a ti; por lo que le dé, pero tangible y material; no por designios e inescrutabilidades. Date cuenta que con el cuento de la muerte y con lo que “te va a pasar tras ella” te tienen desalado. Has de despertar y vivir tranquilo; nada de futbol; no creer absolutamente en nada; llevar una vida ejemplar (ello no significa dar limosna) al punto de no tener enemigos ni miedo a nadie; respeta mucho a los perturbados con los pies en el aire esperando el día que les llamen “a su casa”. Ya entonces abrirá su “el llavín” se les metamorfoseará el cuerpo que utilizara su masa-energía y llegará su alma pura al país del cielo y allí viajará por su cuenta hasta la latitud donde está Dios. Ahí es Él un titánico imán en inmenso espacio. Ir al cielo no garantiza que se caiga en la latitud en que está el señor. En esa llegada, la peregrinación posterior puede ser de milenios, claro, ya el deambular es celestial, puesto, que se está en el cielo.
Nos seas un muerto en vida “que estando vivo está muerto y cree que vive todavía”. Te recuerdo: todo es válido si no se hace daño a nada ni a nadie. Nada de intentar traer a la vida a personas depauperadas exprimidas y presas de ideas elevadas al aire, porque aparte de que no se logra nada, se les hace mucho daño y la infelicidad –compañera de lo humano; de absolutamente todo lo humano- no es a cambio de la de nadie ¡¡Cada uno se come la suya!!. Un hombre que utiliza a Dios y el diablo para subyugar y desalar a otro, es un infeliz, porque de tanto decirlo termina creyéndoselo; así se convierte él en el primer desgraciado por ese guineo maraquilla devana sesos y juicios. Insisto, no hagas daño pero no permitas que te lo hagan a ti con la palabra. Si eres becerril manso y totorota, tapate los oídos porque si te coge este te dice una misa detrás de otra (te advierto que todas son iguales); actos, congregaciones y demás ¡absorberán tu tiempo!. Y si te coge el otro tendrás que estar quieto con las manos y cuerpo a tierra con la popa levantada un montón de veces al día. Y si es el otro tendrás que dar la cara al sol cada día para darle gracias, pero, te joderás la vista. Y si es el otro peor. Y si es el otro muchísimo peor. En cualquier caso cumplir con una idea visionaria elevada al aire es antihumano, abusivo y carente de piedad, compasión y altruismo; por el miedo que se pasa en la torticera decadencia en la que te sumen para llevarte a un cielo, al que por descontado no irán ellos; por la majadería especializada; y al no poder ser; en ese “vivir sin vivir en ti” verdaderamente; sino en otros “para otro”. Si los cuatrillones de jornadas que la humanidad ha perdido en el postrado, rendido, desfallecido gesto de prono ignaro supino desde la tribu, las hubiese dedicado al trabajo, los indígenas del mundo, hoy,  vivirían regalones; tanto como los que importan para canarias (enterrados en dinero) las papas, carne, tomates, maíz y demás leches para quesos, etc. que hasta agua para beber están trayendo por esas mares acá…

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