“LA PANDEMIA UNIVERSAL DEL CORONAVIRUS” “Y LOS CREYENTES”

Por Luis C. García Correa

Quienes creemos en la existencia de un Dios que es todo misericordia y amor, ¿estamos siendo consecuentes con nuestras creencias?

Los dirigentes y los fieles de las religiones monoteístas ¿suman esfuerzos y oraciones? O, por el contrario, ¿rezan en solitario?

Hoy tenemos la gran oportunidad de que la hermandad solidaria de todos los creemos en el mismo Dios sea auténtica.

¿Se está dando esta realidad? ¿Nos estamos reuniendo -por ejemplo a través de los medios que nos ofrecen las nuevas tecnologías de la comunicación- todos los que creemos en el mismo Dios?

Si esto no está pasando ¿qué estará diciendo Padre Dios?

¿De verdad creemos en ese Dios y en la hermandad de todos los pueblos de la tierra?

¿Nos creemos, de verdad, que todos somos iguales en deberes y derechos?

¿Nos creemos, de verdad, que todos somos hermanos?

¿Qué significan para mí, y que representan para mí, las demás confesiones religiosas? ¿Son  mis hermanos?

¿Qué significa para mí esta crisis mundial de salud y económica? ¿Vivo amargado porque no estoy haciendo nada? ¿Me uno a los miembros de todas las religiones monoteístas para sumar rezos y pedirle a Dios -al que todos amamos y adoramos- que atienda nuestra petición para que desaparezca esta espantosa pandemia universal?

¿O sigo en mi castillo, protegido y amparado por la parafernalia que me protege de los demás, y, en la práctica, desconsiderando y no acordándome de los demás?

¿Qué estoy haciendo? Esto es lo que me pregunto, no sé el número de veces en el día. Y me horroriza comprobar que todo no sigue igual, sino peor.

Padre Dios ¿cómo puedo explicar esto, que se entienda, y que sea una realidad? Te lo pido con todo el amor y adoración de que soy capaz. Te amo y te adoro con pasión, Dios de todos nosotros.

Atiende esta súplica y oración. Mi Dios y salvador.