En recuerdo de Mateo

 

Por Antonio Domínguez 
Sí, falleció Mateo. Son los fallecimientos en general cosa sabida, esperada, atormentadora, inquietante; que por mas que se quieran dilatar y eternizar esas esperas, siempre llegan mas luego que tarde, nunca se alargan a perpetuidad.

Dictamino, emulo, dicto, hago el decreto de los sabios, sin complejo de inferioridad, porque los sabios no me ven; están ellos a mas de diez mil kilómetros (aquí ya, no queda ninguno).

Mateo aun sin Don, sin títulos, sin habilidades para el futbolin con todos sus etcéteras; ni de actor ni cantante, también con sus etcéteras.- llamo al orden a los que te llamen personaje popular – tan despectivo ese calificativo -  porque tú fuste personal, de una subjetividad completada sin sola grieta (sin igual) aquí en el municipio de SAN LORENZO DE TAMARACEITE.

Lo que fuiste se ve en tu foto publicada. Se te vé envuelto  en la capa de misericordia de san Ignacio, aquel gran cura, el cual te regaló gran parte de sus tesoros: las rutas angelicales, miramientos celestiales, compasión humana humanizada en todas direcciones, bondad extrema inacabable, incomparable, indescriptible,conmiseración pero, a mares de ternura.

Falta hablar de tu honestidad. Esa si que no era de folletín y  de boquilla. Jamas la dejaste de  avalar. Aun nunca cuestionaste al deshonesto. Nunca condujiste tu persona a en/por crítica erosiva al deshonesto para ver desnudo el concepto deshonestidad propiamente dicho; y, por descontado – eso muchísimo menos – jamás mancillaste, laminaste, ni socavaste la honestidad.  

Mateo, fuiste EL MEJOR VECINO, padre, hijo, hermano, y no amigo de los amigos, sino amigo del


pueblo en peso, y, de honestidad tal repito, contrastada, incuestionable, ejemplar, incorruptible, modélica, reconocida desde siempre por tu virtuosismo convivencial.

Mateo, ¡que gran persona has sido!. Que exquisito ser humano. Que regocijo tan grande hemos perdido con solo no poderte ver. No te quiero llamar santo porque no estoy para ofender a nadie. Te llamo encarnación humana de todo lo honrado, desprendido y de desinterés olímpico total. 

Te echaré de menos en los 7 minutos que me quedan de vida. ¡¡¡Vete a Dios Mateo!!! esa es/será tu envoltura por siempre jamas.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
No debes sentir complejo Antonio; por ti aquí expresamente manifestado. Tú sí que eres la persona que mas sabe del pueblo, pero tu conocimiento mas raro y poco visto versa de los mas humildes y auténticos seres humanos que nos repletó en suerte de (nuestro municipio como muy bien dices), porque con ellos has compartido todo y de todo en el mismísimo eje de él; y estoy seguro que de haberlo tenido, hasta tu dinero.
Te declaro conocedor único del pueblo; título que en su momento te ha dado José juan Mujica Villegas. Con lo que dices de Mateo, de acuerdo al cien por cien. De pe a pa; como así mismo lo he estado en cuantas crónicas de gente del pueblo has hecho.
Anónimo ha dicho que…
Suscribo lo dicho por Antonio Domínguez elogiando la personalidad y las virtudes de nuestro querido Mateo. Muchas, muchísimas vivencias compartí con él durante toda la infancia y toda la adolescencia. Una persona singular de la que en el corazón de mi recuerdo guardo tantas anécdotas extraídas de una relación de todos los días. De todos, uno por uno, tantos... (he querido insistir,sin miedo gramatical alguno en los tantos y en los todos). Cuántos funerales, bodas, misas, entierros de monaguillo con él, y cuántas y muchas vivencias más. En mi novela de Tamaraceite y San Lorenzo me rendí a la tentación de que él apareciese mostrando a aquel amigo compañero que tanto significa en mi memoria y en la de muchos más.
Un abrazo fuerte a tu recuerdo ahora y para siempre.
J.J.Mujica Villegas
Anónimo ha dicho que…
Suscribo lo dicho por Antonio Domínguez elogiando la personalidad y las virtudes de nuestro querido Mateo. Muchas, muchísimas vivencias compartí con él durante toda la infancia y toda la adolescencia. Una persona singular de la que en el corazón de mi recuerdo guardo tantas anécdotas extraídas de una relación de todos los días. De todos, uno por uno, tantos... (he querido insistir,sin miedo gramatical alguno en los tantos y en los todos). Cuántos funerales, bodas, misas, entierros de monaguillo con él, y cuántas y muchas vivencias más. En mi novela de Tamaraceite y San Lorenzo me rendí a la tentación de que él apareciese mostrando a aquel amigo compañero que tanto significa en mi memoria y en la de muchos más.
Un abrazo fuerte a tu recuerdo ahora y para siempre.
J.J.Mujica Villegas

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