¿Y Tamaraceite?

Por: Sergio Naranjo
Supongo que estaremos de acuerdo en que quien no sepa de la barbería de Pedro no es de Tamaraceite. Es imposible decir que se es de allí, entrar un día y no trancarte a conversar y –de cajón- liarte a debatir. Yo no he visto mayor tertulia en nuestro Pueblo en todos los días de mi vida, que ya se acercan a un montón. Uno de estos días he estado allí, como era de esperar me he encontrado conocidos y familiares, y como también era de esperar, la discusión se hizo inmediata, cortante, ácida. Como nos gusta. Porque somos de Tamaraceite.

Una de las cosas que se nombró fue la degradación del paisaje natural de nuestra querida vega. Por supuesto que se habló de Jacomar, de San Gregorio, de todas esas laderas desforestadas que nunca se han querido repoblar porque los intereses del cacique no lo permitieron. Uno ya ni nombra el paisaje gris, ceniciento, que se ha apoderado de aquella antiguamente preciosa vista de La Suerte hasta Piletas; de toda la hermosura de aquella salida hacia Arucas y su ubérrima tierra, ahora sepultada. Estuvimos de acuerdo en que no volveremos a ordeñar ovejas con Rogelio, que la vida es así y el tiempo pasa, pero de qué manera está feneciendo nuestro Pueblo. Uno de aquellos que me alegré de ver después de un montón de años se puso a repasar la cantidad de árboles que se ven en una fotografía histórica y de los que ahora queda un raquítico eucalipto...

Así transcurrió el rato, con muchas más cosas que darán para otro tostón mayor que este que les cuento. Pero lo bueno llegó después. La sorpresa, esa que algún lector ha desechado de mis comentarios mandándome a callar, cosa que no haré, por más que su desabrida sugerencia se haya efectuado con educación y buena ortografía, dos cosas tan escasas y apreciables hoy en día. Y me puse a pasear. Y me llevaron las ideas y los recuerdos por el Camino Viejo y dar vuelta hasta el Cruce de San Lorenzo. Y más conocidos a los que saludo. Uno de ellos me dice que todo aquello, que está que da pena, yo diría asco, se va a convertir en un ¿nuevo barrio? ¿Qué será eso?

Centros comerciales con trabajos y salarios de esclavos para quitarle su medio de vida a todo el entramado comercial que a duras penas sale adelante cada día y reparte calidad de vida entre el Pueblo. Años de sufrimiento para lograr algún pírrico equipamiento que no satisface ni la más mínima demanda de un grupo de gente que no merece una dejación tan grande. ¿Para quién se van a hacer esas casas, quién las va a pagar, si los bancos no dan crédito, si la gente no tiene con qué? ¿Y para qué se han llenado de casas vacías no sólo San Gregorio, sino toda esa parte del Claret y lo que te rondaré morena en La Galera?

¿Y qué pasa con la Carretera General, que está tan abandonada? ¡Si aquello parece el cascarón de una castaña en el mes de enero! ¿Para qué se hizo la ordenación aquella en la zona de la Plaza? ¡Pero si aquello está muerto! ¿Se ha fijado alguien en el llamado “cinturón verde” que se deja en ese “Tamaraceite Sur”? ¡Pero si sólo son las palmeras de la circunvalación, bonita porquería! Si se sabe quién salió ganando en San Gregorio, ¿sabe alguien quién está detrás de esta otra salvajada?

Otro día seguiré con esas “sorpresitas” que me he llevado. Mientras, les recomiendo la lectura de un libro de Saramago: “La Caverna”. ¡No, no se trata de una de esas obras ateas suyas, que tanto daño hacen a algunos! Se trata, amigos, de aquello a lo que se va a ver abocado Tamaraceite dentro de más pronto que tarde. Punto por punto.

Algún día llegaré al Camino Viejo y preguntaré: ¿Y Tamaraceite?

Comentarios

Tino Torón ha dicho que…
Sergio Naranjo, no te conozco personalmente y seria un agrado conocer gentes que sienten sufren y se alegran de su distrito, Yo visito la barbería y es cierto, nada mas sentrar no solo se huele a perfumenes, de alli se desprende algo mas, de todo se puede hablar y a todo se responde.
Y me pregunto !Quien noconoce la barberia de Pedro¡ aunque sea de paso y hoy quiero aprovechar para que en un futuro no desaparezca y que sea reconocida como un rincon de la historia de Tamaraceite, lo dejo presente para que en un futuro sea realidad.
En relación con el artículo, muy aprovechado lo he sentido y lo revivo teniendo toda la razón, soy un Tenoyero que no solo me preocupa mi pueblo al que amo y defiendo sino a todo lo que de c erca me rodea, mi Municipio de San Lorenzo.
Eva María ha dicho que…
¡Hola Sergio!
Conozco la barbería de Pedro desde que la llevaba su padre y casi te puedo asegurar que fue quien primero me cortó el pelo. No estaba donde está ahora pero si en la zona.
Yo nací en esa casita que está por ese caminito abajo hacia lo que un día fue una hermosa finca, con sus plataneras, árboles frutales, su alpendre...los estanques donde croaban las ranas nadamás llegar la noche ¡las tenía frente a la puerta de casa! Donde se plantaba y se recogía el millo,como dice Manolo Viera "maiz fuera de Canarias", viví las descamisadas y el desgranar del millo bajo la inmensa latada de parras,luego lo tostaban y mi padre lo llevaba al molino y ¡yo con él! Cuanto recuerdo de ese olorcillo a gofio recien hecho, ese árbol frente a la barbería de Pedro cuantos juegos cobijó y ¡Cuántos años ha sobrevivido!¡Ojalá siga siempre ahí! ¡Cuánta nostalgia de mi barrio!
Saludos.
Sergio Naranjo ha dicho que…
Gracias, Tino. Conozco alguna de tus obras, desde luego mucho más valiosas que las botellas de Aguas de Teror, que son mis mejores esculturas.
Igual nos vemos, no creas.
Sergio Naranjo ha dicho que…
Gracias, Eva. Sí, yo también recuerdo el emplazamiento de la barbería de Maestro Pedro, con sus tres sillas entrando a la izquierda. Fue Sindo el primero que me peló, allá por 1967, a finales de año. Naturalmente, la fecha estricta la tengo porque mi madre me lo dijo, pero sí tengo el recuerdo. Preciosa zona aquella, mírala ahora.
(Aunque sigo comiendo gofio a diario, y soy tan canario como él, ya sabes que ante algunas cosas me pongo ácido, y una es el ombliguismo y el lloriqueo presuntamente nacionalista: Millo es el grano de maíz en León, en muchas partes de América y no sólo en Canarias. Es que eso me puede, perdona.)
Besotes.

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