¡Quiero apasionadamente al ser humano!

Por: Luis C. García Correa y Gómez
Cada vez se acerca más mi partida y tengo prisa por transmitir lo que sé, lo que he vivido, mi experiencia y mi amor apasionado por el ser humano. Estas son las razones que me impulsan a contarles mis inquietudes y vivencias.
Ustedes son formidables y les necesito.
Como les decía, quiero apasionadamente al ser humano. Es un continuo "in crecendo" al que quiero corresponder.
¿Y saben por qué?
Porque cada día que vivo recibo más cariño de mis maravillosos congéneres.
La felicidad y el amor no tienen límites ni fronteras. No es algo etéreo. Es muy concreto, muy sentido, palpable ... Lo oigo en mi programa de Radio y lo leo.
La Radio Tamaraceite, el blog de Don Esteban Santana Cabrera (Tamaraceite) y el mío me están haciendo vivir la pasión más maravillosa de mis últimos años. Unos me escuchan, otros me leen y otros participan. Todos están ahí, colaborando en la medida de sus posibilidades y creencias.
Mi blog lo leen en oriente y en occidente, es asombroso, y en tan poco tiempo. Y otros escuchándome. ¿Qué responsabilidad la mía?
¿Saben que cumplo 82 años, y jamás había sentido y tocado tan cerca y tan profundamente el cariño de todos ustedes?
Ruego, aconsejo, recomiendo, suplico que nos comuniquemos, y constantemente. Cada vez que podamos, usemos los medios que tengamos a nuestro alcance para comunicarnos y participar. No lo dejemos para mañana, ni para después.
Repartamos lo que ustedes me dan: amor.
Propuse para España – y sigo proponiendo – que los parados que cobran y los jubilados dediquemos, al menos, una hora a la semana a trabajar por los demás sin pedir nada cambio. Algo incluso rentable económicamente. Ampliaré detalles en otro momento.
Lo que realmente quisiera y necesito gritar a los cuatro vientos, es: participemos, solidariamente, en todo aquello que podamos y debamos, soñando que hacemos la más maravillosa acción humana en cada momento. Así es y será siempre, haciéndolo, lógicamente, sin pedir nada a cambio.
Soy un ser profundamente afortunado: recibo amor.
Quiero continuar siendo un ser afortunado: daré amor.
¿Por qué lo grande es tan fácil y tan pequeño?
¿Por qué lo pequeño es tan difícil y tan grande?
Sólo necesitamos valores éticos o religiosos, y la buena voluntad.
Vivamos la alegría del bien del vecino. Entristezcámonos con el dolor del vecino.
Gocemos la dicha inenarrable de amar y ser amados, pero sentida, que vibremos con el amor.
Como creyente, lo mejor que puedo desearles es que Padre Dios les bendiga a todos, sin excepción.
Y a los no creyentes también les rogaría dediquen un pequeño sacrificio por el bien de los demás. La compensación será grande, hoy y siempre, por dentro y por fuera.
Con el cariño de quien se siente querido, reciba las bendiciones y gocen de la plena felicidad, porque son merecedores de ella, y por ella rezaré. Gracias humanos de aquí y acullá. Gracias y que Padre Dios les bendiga a todos.
“La participación es la solución, especialmente en el amor”.

Comentarios

Entradas populares