Gofio un poco raro

Por: Antonio Domínguez
GOFIO UN POCO RARO ¡VALE PÁ ESCALDAR!
El hijo de Maestro Pedro.

Si entrase pulpo en cueva y encontrase que la habita morena, hay un protocolo. Antes que la todo dientes se tire a degollar, el pulpo rápidamente ofrece tentáculo para que la soleada arranque cacho, y él, con vida, irse por la vida, gracias a la vida; porque así es la vida.
Las agencias de calificación, ofrecen cacho al mal vivir, desasosiego-desesperación. Han sido una patraña de franceses y alemanes, ingleses incluso a pesar de no pertenecer estos al euro. Para aterrorizar al desaprovisionado, vetusto (de toda la vida), amorfo gran público; desviando responsabilidades a ese gran duende, invisible fantasma (agencias) al que ahora interesa poner cara para exterminarlo.
Nicolás Sarkozy dijo en Madrid,-hace ya mucho tiempo-, que ninguna agencia dirá si él puede o no puede pagar el cortado; después de haber mandado (Nicolás) a la agencia a decir que él no tiene para el cortado. Con ese eufemismo vino a decir: señores, tiro abajo  oficialmente las agencias de calificación. Ya no hacen falta. Empieza la Europa de única salida. Se procederá al enterramiento de lo que “por naturaleza” muera en los distintos países y lo que la providencia ponga de su santísima mano ha de ser aceptado por rozones y por deudas, que son más que razones.


¿AMASO OTRO TUMBITO MI HIJO?

... Como la luz que barre la oscuridad y alumbra en ella; igual que la del faro en la hondura de la noche marina. Sabemos bien que “el obelisco” costero, mas que en abanico, lanza sus haces circunferencialmente. La luz que a metafórico mar no se entrega, no nos sirve para que brille nuestro ejemplo.
No nos interesa que nuestra luz tropiece con montes y cayos, sino que siga cuanto más allá del fin de la tierra, porque, es un decir.
Circunspecto a lo dicho ha de quedar cualquier faro de cualquier entendimiento, atenido a decir de la UE. Esa luz (aquí si, ya usted ve) correrá pivotada, reflejada en dos o tres grandes verdades a saber: los países de última velocidad números 25, 26, 27, habrán de pasar humildemente humillados bajo los umbrales exactos que han de traspasar los países que no pertenecen a la unión, y, esto ha de ser hasta la llegada de la completa fusión; 90 o 100 años ¿qué se sabe? 1) las naciones, primero que nada , tienen la fuerza económica que tienen y nada más y 2) aceptar la unión es aceptar la lucha titánica por la producción de alimentos o manipularlos, es exactamente lo mismo. Se trata de ponerle muchísimas pegas a países perfectamente estructurados para producir y que pertenecemos al ralentí: a las no primeras posiciones; con las manos amarradas atrás; y por el contrario los que son capaces de entonar el ki ki rikí –en primeras posiciones- en este no supuesto gallinero, talan la amazonía y todo Sudamérica, amarrándonos (a ellos y a nosotros los que vamos de despacio, montados en una cal-ma chi-cha)  a todos, “las patas a las pesadísimas e imposibilitadoras bolas de hierro”.
¿Cómo se evitaría la incertidumbre de la transitoriedad de no saber a donde? ¡¡¡amigo!!! Eso es imposible, habría de estar permitido trabajar y había de quererse trabajar. Lo han propiciado las múltiples laborales que han sido y que no han empezado por  un lado y por otro a poner a todo hombre sano una pieza de herramienta en las manos; la que esté libre en ese momento y después hablamos de plumas y de planos. Nada de reformas laborales YA IMPOSIBLES. Nos quieren seguir endrogando con dinero para cursos de formación y no nos dejan abrir el sector donde hemos tenido trabajo masivamente ¡¡ trabajar el campo cónchale!! Que es lo único que hay donde trabajar directamente sin los costes –y encima para conseguir nada- de los dichosos cursos de formación. ¡¡Arreglen eso con Europa caracho!!

Desprestigiados a partes iguales los socialistas y los populares, y el comunismo en las cavernas, Don Paulino, de hecho, va a ser treinta años más presidente del gobierno, para bien o para mal en Canarias. Y encima queda exento de forcejeos con Europa; porque para eso hay estamentos más superiores Si a ese estado de clase o clase de estado les dicen que no, que nos avisen, porque solo nos quedará echarnos a llorar, sin esperanza más acá de cien años en el tiempo. Desde unas islas que no tienen ni aguas en millas que pertenecerían a cualquier país, vendrá entonces lo de Quevedo: “nos faltarán lágrimas, no motivos para llorar”. De momento Montoro dice públicamente en el congreso; sobre todo al adoquín duro como hierro, Cayo Lara: “pero tan difícil de entender es señoras y señores diputados, QUE NO NOS QUEDA UN JODIDO DURO DE LIQUIDEZ. No lo dice así, pero como lo dice, significa exactamente esto; o algo bastante más grave. ¡A saber!.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Si pensamos en Canarias, campo tenemos, tierra buena, poca agua (¿de qué suele estar rodeada una isla?). Carecemos de cerebro aquí en estas latitudes, y me refiero a ese cerebro que se acerca al corazón, no a esa sabiduría falsa que convive primero con la psicopatía, luego con la psicopatía, pero que desconoce el término empatía, acercamiento al vecino. Perro no come perro. Canario pica a canario. Tal vez las agencias de calificación le hayan dado ayer una nota excelente a la agricultura de Tamaraceite. Adolfo García.

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