¡Ayuntamiento de San Lorenzo! Llegará el día en que orgullosos podremos gestionar documentos en tus dependencias.
Por Antonio Domínguez |
Vamos a extrapolar aquí
encomendándonos a Jaspers y a su método filosófico, del cual, infiriéndole,
haremos una inducción: operación lógica que consiste en pasar de hechos
particulares a una generalización. Tremendísima generalización y caos habían de
venir de las lunas de Saturno y Urano des-orbitadas para proyectándose en la
tierra se desmigajaran y desaparecieran las lindes; al dejarla llana –la
tierra- con los barranquillos y hoyos entullidos de materiales y tierras
cósmicas hasta sus bordes ¡¡entonces sería: que constituyan su alcaldía en San
Lorenzo de Tamaraceite, que estrujen sus derechos y que se las arreglen, libre
y legítimamente, una vez de la parte acá los dineros de licitación
presupuestaria; ahora que hay que revestir todas las estructuras habidas y por
haber (alegales ¡¡vive Dios!!) por las que San Lorenzo será indemnizado en
daños y perjuicios con intereses y sin aflojarles un punto para que puedan
cambar el pescuezo. Damos a nuestros fines y propósitos sin dudar, las
impresiones personales; si fuera necesario a nuestros fines y propósitos no
dudaremos en dar impresiones meramente sensoriales inevitables e ineludibles. A
la finalidad de una mayor inteligibilidad de cuantos no sienten aun correr por
sus venas el sentido de pertenencia; el corazón violentado que bombea sangre
rabiada ante la chulesca substracción de nuestro querido municipio de San
Lorenzo; acompañándose esa acción, del crimen y la tropelía, supuestamente. La
desolación al borde de la demencia de madres llorando a hijos asesinados; hijos
muertos en vida, huérfanos de padres asesinados; esposas quedadas en la
enajenación de la angustia -cuando en las sacas- veían a su compañero emprender
largo y definitivo viaje camino de la sima de Jinámar. Todo ello se unió al
expolio, o el expolio se unió a todo ello: no es exactamente igual pero, da exactamente
lo mismo.
De lo más que tiene en el momento actual, este histórico
caso, es de incomunicación, por la incívica indiferencia de los de abajo;
ligada a su conveniencia colectiva pero, singular, o sea, desde la
“singularidad” de esa colectividad tomada en unidad; nada autocalificadora de
su misma conveniencia y en las antípodas de la verdad; porque tienen escondido
en su atronador silencio lo que es universalmente comunicable: que ya es harto
sabido su no querer ni hablar del asunto, y su cabeza bajo el ala: como así
mismo La PROVINCIA Y EL CANARIAS 7 para esquelas, accidentes de tráfico,
anuncios y direcciones de contactos, por una parte y la otra mitad fútbol y
romerías. Para el asunto San Lorenzo, nada; leche de mona que viene a ser de
machanga. Presuntamente.
Siguen llamando barrio a San Lorenzo de Tamaraceite, cual
analfabetos funcionales muy ignorantes. ¿San Lorenzo de Tamaraceite? ¿Barrio de
qué y de quien, conniventes a sueldo? ¡Eso es un periódico? Interioricen por la
parte más hedionda de sus cuerpos, que la palabra barrio no es para referirse a
lo que no les pertenece, vaya, que no es de ustedes. Respeto caramba para las
víctimas mortales y del saqueo en G. C. Estómagos insaciables. ¿Porqué no se
dirigen a nosotros como municipio de San Lorenzo? ¿Porqué no dan fe de error
cuando han cometido la cantinflada de llamar barrio a la sede del municipio de
San Lorenzo? Eso les hace cómplices en irrisoria medida y yo, si tuviera
dinero, pagaría justicia para que,-por lo menos- no se nos despreciara públicamente
en desprestigiantes y desprestigiados –por lo mismo-, papeluchos.
La verdad puede ser anónima, como la de las ciencias, que
puede igualmente ser aceptada por todos pero, la verdad filosófica -aun más
poderosa si cabe- es la verdad existencial, ligada a la más propia e íntima
raíz de la existencia singular y colectiva; postergada, -en nuestro caso-
sumergida, esperando a sacar la cabeza -empujada hacia abajo por diestra,
dañina mano- en el mar de las ansias y de los anhelos legítimos y legales de recuperar
nuestro municipio; en manos de una “razón” carente de clarividencia; que es un
proceso de pensamiento arbitrario que cae y se hunde más y más en la
universalidad abstracta: una existencia -la del municipio de Las Palmas de G.
C.- privada de razón, que cae en la violencia ciega de la indiferencia, y por
tanto en aquella universalidad empírica que es típica de los impulsos
sentimentales por lo ajeno y vividos sin iluminación racional. Montados en la
burra que lleva al silencio, ninguna forma de comunicación por nuestra parte
escapa, por esto, al fracaso y a la imposibilidad de la comunicación.
Por otra parte, lo incompleto
de la comunicación (que es ninguna) y la gravedad de su fracaso, revelan una
profundidad que no puede ser colmada mas que por la trascendencia que conlleva
el acto de devolvernos nuestro ayuntamiento en el acto, ipsofacto y del
bolichazo. Solo así tendrá más posibilidades de curación la dentellada de
dragón que se le dio a la historia de los hechos establecidos en la legalidad
de nuestra institución, -sin derecho- y este sin derecho es otra historia; solo
que más indignante y desconcertante, la cual, no me hará perder el tiempo en
ponderarla. Eso de ordenar y calificar los hechos tragando polvo durante miles
de horas en los archivos, se ha hecho. Con imposible mejor acierto. Lo ha hecho
nuestro ilustre historiador Don Juan Francisco Santana Domínguez, precipitado
en su más tierna juventud en la profundidad de una enseñanza a máximo nivel;
acreditado y afamado por sus alumnos por su depurada profesionalidad. Hete
aquí, que no conforme se hace antropólogo; continúa y se licencia en historia
para luego doctorarse en esa última dicha licenciatura, con la tesis: San
Lorenzo de Tamaraceite. En esa sola “parcela” tiene cinco libros publicados,
devenidos de ese tema troncal. Por todo ello, y por haber saltado esos cuatro
altos obstáculos en el mundo de la universidad donde tan difícil es saltar uno
solo, es de justicia repetir que, en lo concerniente al asunto todo ha quedado
dicho con imposible mejor acierto. Nosotros los “peones” decimos o escribimos
por la necesidad ahogante de pegar el grito, que puede que, hasta perjudique a
las estrategias que buscan el resultado de la justicia cuanto antes.
Perdemos horas buscando
calificativos y comprobamos -hundidos- que la lengua no tiene términos capaces
de expresar el verdadero fondo del sentimiento del abusado de en semejantes
abusos, se puede decir, porque en el mundo entero los parangones y las
similitudes están perfectamente datadas como enfermedad muy rara que ataca
esporádicamente, pero que en España se le contrapuso una potente “medicina” que
se afilia en el registro de la propiedad intelectual con el nombre de: LEY DE
MEMORIA HISTÓRICA, a la cual se le han tirado encima millones de enanos mentales
pertenecientes a la insensatez de toda la vida. Se le han tirado arriba a esa
ley como le pasó a Gulliver; pero mucho peor, porque Gulliver se las vio con el
enanismo físico. Nosotros nos las tenemos que ver con el enanismo político,
académico, cognitivo, educacional, formativo y hasta cultural y social, etc.
de la guadaña española que recusa al
juez que hizo llorar literalmente al sanguinario y cruel Pinochet, cuando le
inmovilizó meses en Inglaterra.
A pesar de esta grandísima
credencial de este gran hombre, se encuentra ahora mismo siendo afrentado,
acusado y encausado sin tener en cuenta los méritos de este magistrado con
mayúsculas, que es el único que emplea la divisa de la solidaridad científica:
metido en una doctrina social, movida
por un ideal de justicia; y ¡claro!, la desfachatez, de ello no quiere
saber, porque lo que ha interesado es la
esclavitud, y lo que ha querido es dinero. Es de libro que nunca les ha
interesado desbaratar, desenmarañar, desenmascarar, esclarecer sus innobles y
disparatados sofismas que tanto daño hacen a los que pedimos justicia ya por
señas como pide agua el extenuado, damnificado de los derechos mas caros al
corazón. Los sofismas empleados contra el excelentísimo juez se pueden
consiguientemente extrapolar al caso de nuestro muy querido ayuntamiento de San
Lorenzo, que también los sufre del ayuntamiento de las Palmas de Gran Canaria.
Para nuestro mal son: artificiosos, astutos, burdos, deliberados, falsos,
grotescos, maquiavélicos, meros, retorcidos y sutiles, ardua lucha tenemos por
delante, pero, ¡¡ esto es la batalla!!
La orientación en el mundo es
una posición legítima, aun por descalabrada; pero no puede ser considerada como
absoluta, o sea, juzgada como conocimiento definitivo. No es, ni puede valer
como conocimiento del mundo, como asimismo en el “mundo” de los dos
ayuntamientos reseñados en litigio. Lo único que alcanza es un ser determinado,
este o aquel objeto en el “mundo”; el desatino de Las Palmas, crecida en lo que
no le pertenece, o el de San Lorenzo y Las Palmas en los límites que a los dos
pertenecen: el mundo mismo permanece como intrascendente, no interviene -porque
tiene otros problemas- en esta búsqueda nuestra que esta circunscrita al
“mundo” del derecho español. Ciertamente, los de abajo, pueden construirse la
imagen total de nuestro “mundo” y tenerla como el mundo mismo. Pero, en verdad,
esta imagen no será el mundo porque chirría dentro de él nuestro “mundo”: será
más bien un “cosmos”, un singular particular delictivo punto de vista entre los
muchos que hay en el mundo, delictivos o no; y el mundo quedará como horizonte
intrascendente y el punto de vista que lo ha sugerido.
Se perfila así el fracaso para
ellos, decisión de la orientación del mundo que nada puede en la martingala que
es una de sus propiedades, pero, que nada puede digo, ante la ley y la
democracia lo que buscan, los de abajo. Lo que no buscan los de abajo, (-que
están arriba pero, me refiero a su bajeza-, por eso, un alcalde se cachondeó
cuando les llamamos los de abajo creyendo, el pobre, que en San Lorenzo no
tenemos personas que le superan a él y a todos sus acólitos rodeantes, mandando
inteligencia y mayor formación y, se burla creyendo que somos ignorantes de que
ellos son los de la parte ¡de! Abajo-) es su “mundo” como totalidad absoluta y
omnicomprensiva; para poder huir a toda velocidad de la injerencia absoluta en
el nuestro, que la es, en todos los niveles y sentidos; hasta el punto de decir
que el municipio de San Lorenzo ¡no existe!. Lo que alcanzan es un cosmos
vinculado a un punto de vista particular (saqueo) que se inserta, como elemento
particular al lado de nosotros en la totalidad de nuestro “mundo” juntado por
arrastre y avalancha provocada, hacia al de ellos.
Este fracaso nuestro de muchos
años ya señala al mismo tiempo la ruptura de ese “mundo” ficticio de dos en
uno, que pretenden como unidad y totalidad demencial. Ese “mundo” se romperá
por la multiplicidad de las perspectivas que tienen con lo nuestro, las cuales
tienen la pretensión de valer absolutamente, pero todas son relativas a su
punto de vista garrafalmente equivocado. ¡Vaya que sí!
En este plano, la imagen que yo
me formo del mundo, y por inducción inversa del “mundo” de mi ayuntamiento de
San Lorenzo no es casual ni accidental, nadie podrá cambiármela
arbitrariamente: yo soy mi misma intuición del mundo y de mi mundo propio, que
va en una línea desde Tenoya a Tafira. En este sentido, mi intuición del mundo
y de mi “mundo” no es ya un posible objeto de investigación en medio de los
demás que no pertenecen aquí: es mi misma situación en el mundo y en mi
“mundo”, en cuanto es el origen de mi ser y pensar.
Como parte de mí mismo y
viceversa, mi situación y la de mi ayuntamiento no puede ser objetivada desde
el exterior; es idéntica conmigo mismo, y yo con ella. Esta identidad es el
punto central de la filosofía de Jaspers y yo me identifico con este punto
central que tanta verdad irradia.
El hombre es lo que escoge ser:
su elección es constitutiva de su ser y él no es sino en cuanto escoge, nosotros,
no hemos escogido jamás pertenecer al ayuntamiento de Las Palmas. La elección
de sí mismo es la libertad originaria, aquella libertad sin la cual yo no soy
yo mismo; que no sale de mi yo como una fuente escondida, sino que constituye a
mi mismo yo; y descubre en la voluntad la claridad de la elección originaria.
Pero (este es el punto decisivo) el yo que escoge es su misma situación en el
mundo, situación históricamente determinada, objetiva, particular; y su
elección auto constitutiva no es más que el auto constituirse de esta
situación. Lo cual significa la elección, radicando en una situación
determinada, no puede escoger lo que ya ha sido escogido (San Lorenzo) y
constituido en una situación municipal -en este caso- de sus linderos: ¡que
lindos!, y, ¡qué llorados y sufridos, por vituperados!
Yo no puedo rehacerme
radicalmente y escoger entre ser yo mismo: de San Lorenzo y no ser yo mismo, de
Las Palmas. Como si la libertad estuviera delante de mí como un instrumento.
Pero en cuanto escojo, soy de San Lorenzo. Lo cual quiere decir que delante de
la elección no se ofrecen nunca alternativas diversas, que ella, la elección no
siempre es únicamente el reconocimiento y la aceptación de aquella única
posibilidad que está implícita en la situación de hecho, sino que es mucho más,
y que constituye mi yo enamorado de mi institución; lo que está en la unicidad
con esa posibilidad brutalmente negada hasta el momento. Destituida todavía la
posibilidad, ¡¡sigue viviendo Dios!!
Yo estoy en una situación
histórica si me identifico con la realidad y con su objetivo inmenso… Yo
solamente puedo pertenecer a un único pueblo -no se habla aquí de antropología
ni morfología- puedo solamente tener estos padres y no otros; pero yo puedo en
todo caso hacer traición. Admitir pertenecer a otro pueblo si el mío me parece
extraño; que puedo desconocer a mis padres porque no tengo culpa de lo que
ellos son; eso significa traicionarnos a nosotros mismos. El único modo de ser
uno mismo, la única elección auténtica es la que acepta incondicionalmente la
situación de hecho a la que uno pertenece porque allí nació y vive. Mi yo es
igual a la realidad donde me encuentro. Esa realidad, en la que a usted se le
acaba de ocurrir poder haber descubierto un error mío, es ficticia e impuesta,
la cual pongo en tela de juicio y no acepto. En ese sentido mi yo está aun
mutilado. Me refiero a mi realidad en comunión con la realidad de mi
ayuntamiento que lo fue durante siglos. Así es que no se corra una juerga
interior, (si es el caso que es usted de Las Palmas y de los que cree que hay
que seguir huyendo con la presa a rastras) que usted también tiene
responsabilidad en que no se retome esa verdad axiomática, histórica. Y puesto
que la elección es originariamente comunicativa y la elección en si es siempre
al mismo tiempo con mis “compatriotas”, elección de los otros, tampoco la
elección de los otros es un escoger, sino que es únicamente la originaria
decisión de una comunicación incondicional. Con aquellos con los que me
encuentro como conmigo mismo.
A veces cuando estoy más tierno
y sensible, siento lástima de los de abajo porque ellos no han sido mano
ejecutora ni responsables de las matanzas, bajo todos y más diferentes
aspectos, en San Lorenzo. Ellos, siguen huyendo hacia delante en una rara no meditada
certeza; en una necesidad compulsiva, incomprensible de conservar y proteger
-”jugándose la vida”- lo que otros robaron al tiro limpio y a las cabezas,
frente a lo cual están inclinando silenciosamente la faz del rostro y
resignándose en el mutismo; virados de espalda, protegiendo su cara y sus
delantes aperrados contra el rincón de sus complicidades por si viniera en
cualquier momento la lluvia de palos. Y, ¿tiene usted la crueldad de decir que
si viniera esa lluvia, sería para nosotros ¡otra vez!?
Comprendemos que no pueden
hacer otra cosa: cuando han decidido luchar con las armas de la espera desde
los vericuetos de las sombras, para no devolver. Ayuntamiento de San Lorenzo,
¡¡llegará el día en que ¡orgullosos! Podremos gestionar documentación en tus
dependencias!!, en el qué, ¡¡con regocijo!! nos sentemos ante una taza de café
en tu cafetería.
Una filosofía auténtica de
pertenencia, exclusiva, legítima y legal (mas cuando tanto se ha reivindicado
una propiedad que no se nos ha devuelto), no puede nunca ser considerada un
punto de vista entre otros, porque supera todos los puntos de vista, y no es a
su vez, un punto de vista. La totalidad hacia la cual debe dirigirse la
filosofía no es la totalidad acabada y estática de puntos de vista copresentes,
sino una totalidad abierta, esto es, tal que haga posible a la existencia
escoger y ser la propia verdad. Mi verdad, mi municipio, mis lágrimas
emocionadas: lo que representa su bandera; mi ahínco, la ilusión de toda mi
vida: recuperar San Lorenzo.
Comentarios
Entrando al núcleo, comienzo por decirle que jamás se me ha ocurrido ejercer la política. Lamento que ello sea una pena para usted, pero peor sería que fuera una desgracia para Canarias.
Lo de liderar pensamientos... mire usted, ¡¡ojalá!! Siempre me ha gustado ser de los de la punta alante y por todo, le agradezco sus elogios; que otro cualquiera calificaría de inmerecidos, yo no porque sería como despreciar su muy amable nota. En cuanto a los mediocres no solo estoy de acuerdo con usted, sino que, al respecto, voy más allá, porque yo les llamo toletes.
Antonio Domínguez
Es posible –si Esteban lo permite- que vaya echando fuera, tonga de material escrito en los más tristes momentos sentidos por esa “orfandad”. Cuando vengas por esta zona de nuestro municipio a dar conferencia u homónimo avísame para ir y saludarte. Recibe no obstante los saludos que son de este ahora y mi enhorabuena por no desfallecer.
Antonio Domínguez
Estimado Antonio Domínguez, mi queridísimo amigo:
Sólo decir que GRACIAS por tan buen artículo y también a mí se me saltaron las lágrimas al leer lo que has escrito. Espero, y deseo, que puedas seguir publicando esos escritos, hechos hace tiempo, y que en su momento no pudiste sacar a la luz. El día que la justicia nos dé la razón, por la lucha emprendida, por el derecho que nos ampara de recuperar nuestro Municipio de San Lorenzo de Tamaraceite me encantaría poder hacerlo a tu lado, caminando por nuestra calle principal, y con alguna bandera verdiblanca ondeando en los edificios, y recordando a todas las mujeres y hombres que dieron sus vidas por defender la democracia y la libertad y aquellos que se fueron sin ver hecho realidad su sueño: Recuperar nuestro Municipio. Un abrazo muy GRANDE. Mil gracias Antonio.
Juan Francisco Santana Domínguez
Antonio Domínguez
¡Ya! Una serie de saludos y parabienes del que goza a lo grande
de las opiniones sinceras y a favor.
Antonio Domínguez