¡El Santo y la Santidad!

Por Luis C. García Correa
Ser santo es ser de Dios, que nos ha creado. Vivir esa realidad nos lleva a ser honestos con Dios, consigo mismo, y con los demás.
Solo Dios es santo. Pero Dios invita a todos a su perfección. Y ese camino es el amor, la razón por la que nos ha creado. Por eso la santidad, el amor, lleva a hacer el bien sin mirar a quién.
Nacimos para la santidad y debemos ser santos si tenemos honestidad.
"¡La honestidad es donde se desarrolla la santidad!"
"¡El santo no es por casualidad!"
La santidad se busca y se aprende desde niño, por la educación recibida de los padres en valores éticos morales o religiosos.
"¡La santidad de los hijos es el reflejo de la santidad de los padres!"
"¡Hijos santos, padres santos!"
"¡La oración, la meditación con Dios, la plegaria a Dios, es el medio y el camino recto para la santidad!"
"¡El amor, la humildad y la honestidad son los cimientos de la santidad!"
"¡Una de las grandes manifestaciones de la santidad es ayudar a los demás!"
“¡Los demás somos todos, con la predilección de los más necesitados!”
El santo sufre las penas del dolorido, se compadece del necesitado, ayuda al prójimo eficazmente, reza por todos, y ama a la humanidad con amor y pasión.
"¡El santo es habitatista por necesidad!" El santo busca mejorar el mundo en el que vivimos, el hábitat natural, por amor a la gente.
"¡La santidad debe ser la meta a alcanzar y a conquistar!"
La vida ofrece todas las necesarias oportunidades para ser santo de verdad. Pero solo se es santo para la eternidad cuando Dios nos acoge, con su misericordia, al final de nuestra vida. Solo Él ve en el fondo del corazón y tiene todos nuestros actos presentes.
"¡Desaprovechar las ocasiones y oportunidades de ayudar a la gente nos aparta de la santidad!"
“¡Vivir pensando en los demás y preocupado por los demás es el camino recto de la santidad!”
"¡El amor a los demás incrementa y eleva la santidad!"
"¡El santo vive pendiente de los demás!"
Todos debemos rezar y hacer pequeños sacrificios pidiendo por la santidad de la humanidad. Todos los seres humanos, de cualquier creencia y religión.
"¡Los santos tienen y reparten felicidad y libertad!"
Se nos ha dado la libertad para que por propia iniciativa amemos a los demás. Reitero: para ello necesitamos la honestidad, humildad y amor a los demás que eso es ser santo.
"¡La santidad no es patrimonio de unos pocos, sino de toda la humanidad!¡Todos estamos llamados a ser santos!"
“¡Todos tenemos las mismas oportunidades de ser santos, solo necesitamos rezar mucho, hacer pequeños sacrificios, ser humildes, honestos a carta cabal, y amar a los demás!”
"¡La santidad no es la gloria terrenal, pero sí es la eterna felicidad!"
"¡¡¡Nacemos para morir santos!!!"
Desaprovechar las oportunidades que nos da la vida para ser santos, es un dislate de valor incalculable, porque es perder la oportunidad de vivir la santidad eternamente.
"¡La santidad y el santo son una necesidad personal, social y mundial!"
Sin santidad no existe la plena felicidad ni la plena libertad.
Luchar por la felicidad y por la libertad, pero sin santidad, sin buscar la santidad, es perder el tiempo.
La santidad y el santo iluminan el camino que todos necesitamos recorrer para ser felices y libres.
"¡¡¡La santidad hay que buscarla en el amor, la humildad y la honestidad!!!"

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