LA LIBERTAD DE LA MUJER. Presa en cárcel de puertas abiertas.


Por Antonio Domínguez
Que muera el puritanismo borreguil ¡¡¡que VIVA la mujer en su día anual y en todos los días de su vida!!!
Las personas hoy, suplantan lo idílico y lo sexual, de los primeros momentos de la vida, con sucedáneos desnaturalizados, amorfos...penosos. 
                Se satisfacen, se conforman de su necesidad de cercanía, de contacto de abrazo de su vocación promiscua, con sucedáneos bien pobres, a saber, convirtiendo las primitivas danzas que eran múltiples y variadas tirando brincos en torno a una hoguera, en que saltaban las personas individualmente; sabiendo fehacientemente estos que nosotros llamamos “salvajes”, que cuando un hombre y una mujer se abrazan tienen que acabar copulando. Y claro, como ellos esto lo hacían como, con quien, y cuando les daba la gana; no tenían que andar como nosotros, seres “civilizados”, en apretujados bailes que hemos inventado, como sucedáneos paliadores del coito, porque es un hecho incontrovertible que, todos nos masturbamos al llegar a casa; cuando hemos resistido y no hemos orgasmizado o eyaculado en el acto.
Hemos hecho un montón de inventos sucedáneos; bailes, fiestas de sociedad, ensayos y reuniones que son mal llamadas “artísticas”; de ensayos y mas ensayos que se eternizan sin ninguna representación; fiestuchas para los pobres; carnavales, ¡¡ahí con la máscara puesta si le debe dar al cuerpo casi todo lo que les pida!! Etc. 
  El colmo del pre coito sucedáneo mas simpático y encantador, que hace mear de risa incluso al depresivo, se produce una vez al año; cuando la multitud espera la última campanada de la media noche del 31 de diciembre para saltar unas sobre otros y otros sobre unas, para besarse y abrazarse locamente. Al grito de felicidades, (cuando a la sazón no han sido ni presentados) volcándose en amorosos y apretujados abrazos ¡que digo! ¡¡Auténticos y hasta violentos achuchones!! Mientras dure la noche, la borrachera de alcohol y la ebriedad: única ebriedad de nuestro tiempo: La gran necesidad de los cuerpos del abrazo de los cuerpos; eso es lo que nos ha aportado el corrupto saber filosófico estatuido, glorificado, bendecido y bautizado por las santa madres iglesias.
                 Respecto de la magnitud exacerbada que se le concede al sexo, que es la vida misma; no me queda mas remedio que protestar porque, además de atentar contra la salud física (afecciones prostáticas menopáusicas y psíquicas, las mas importantes) dificulta y hace imposibles, a veces, las relaciones humanas. Si nos vamos imaginativamente, como antes, a los principios de la vida del hombre en la tierra, no es muy difícil creer que en esos climas glaciares de extremo frío, obligatorios de refugiarse y necesarios de moverse en plan nómada en busca de alimento con lo que esto conlleva y obliga, tampoco es muy difícil visualizar grupos pequeños de quince o veinte personas que lo compartieran absolutamente todo. A veces en grandes cuevas, otras en socavones salientes de risco, otras en cuevas mas pequeñas, o cubiles de fieras que seguramente se comerían...después de comer o cenar la mucha o poca comida, no es mucho suponer que se entregarían a la única alegría que, por natural no menos deliciosa tenían aquellos primeros seres. Como es lógico refiérome a la cohabitación indiscriminada con el/la primera persona que tuvieran al lado. Por solidaridad, (se compartía absolutamente todo) máxime que a cualquier hora tanto una como otro podían disfrutar de cualquiera que le gustara más y fuera mas al caso. Los problemas no se habían inventado aún.

    Esto era necesariamente así, la promiscuidad del hombre que es naturalmente inferior a la de la mujer; lo demuestra la gran capacidad de la mujer para estar con varios hombres, mientras que una sola de ellas, se basta y se sobra para dejar imposibilitado para el coito, durante bastantes horas al mas preciado. ¡Aquellos si que eran tiempos de verdadera libertad de la mujer! Si no tenía ganas de trajín no era obligada ni violada; las demás en su capacidad antes dicha eran mas que suficientes.
                   Cuando salía el sol fuerte durante tres o cinco días y sentían consecuentemente todas ellas el deseo mas riguroso; después de haber agotado a todos los hombres que tenían en común, no es mucho suponer se entregarían en prácticas lésbicas, como seres inteligentes que eran, cosa que me parece además de muy bien; necesaria. 
                    Siempre me he reído del hombre promiscuo, mujeriego. Ante una mujer con necesidades, un hombre solo, es absolutamente nada. Siempre me he reído en mi interior de los individuos que declaran en público : “a mi me gustan mucho las mujeres” y lo dicen en plural, como si fueran capaces de satisfacer a toda la humanidad femenina, cuando tienen, como el más macho, una sola mujer enclaustrada en casa, que insatisfecha, (estoy seguro) los soporta. Incluso cuando es relativamente frígida; que en tanto es un poco fogosa, saliéndose un poquito de lo normal, si tiene dinero, alquila hombres para que la refresquen, aun a sabiendas del extraordinario peligro que corren si son descubiertas. Se juegan la vida y casi siempre la pierden a manos de ese machote, a manos de ese marido que tanto presume, que vilmente la asesina. Matándola, sin saberlo como a su propio fracaso que jamás reconociera, porque no es dada al hombre esa clarividencia en este sentido del fracaso; que lo será mayor cuanto mas viva. 
          
          Mi teoría es que el hombre, en el sentido idiota de la propiedad, no se ha percatado de que una mujer puede tener relajados a diez hombres, que además es el deseo natural de toda mujer si le dejan elegir. No se debe temer quedar al margen, hay gustos absolutamente para todos. Nos han idiotizado y nos han metido el matrimonio, nada menos, como “un santo sacramento” (Creo que las personas casi todas, nos hemos dado cuenta que a la economía de mercado le interesa muy mucho crearnos obligaciones. De esposa, marido, hijos, recibos de agua, luz, gas, alquileres del hogar, prestamos para la adquisición del hogar; para tenernos esclavizados en sus fábricas, sus campos, sus minas y sus mares “Las penitas pá nosotros, las vaquitas son ajenas”.
              Lo triste, lo descorazonador, es que la mujer luche por la igualdad y le haga el juego al hombre, cuando este se la regala como un ramo de flores, sólo pensando en la copulación. A la mujer no le hace falta ninguna que el hombre la obsequie con la igualdad, a la mujer lo que le hace falta es   ¡¡libertad!! Para ser superior al hombre cuando lo es,  para ser igual al hombre cuando lo es y para ser inferior al hombre cuando lo es. En la libertad jamás se puede hablar de sexos, solo se puede hablar de personas. La igualdad con la que se pretende engañar a la mujer es una trampa, por la sencilla razón que no hay nada, absolutamente nada, que sea igual en este mundo. La igualdad asquerosa que con cuidadoso disimulo trata el hombre de subyugar a la mujer, esa ratonera donde se la quiere meter, en la que se puede cuestionar con demasiados peros la mas mínima acción, la mas mínima y suave palabra, el mas mínimo gesto, (estará absolutamente perdida). La igualdad  no alcanzará nunca, ni de cerca, a la majestuosa, ilusionante, lírica libertad.
   
             Los hombres, que a título general somos unos mentecatos y unos asesinos, nos dedicábamos a matar a las niñas, como medio de mantener el equilibrio demográfico respecto de la comida disponible, cuando empezamos en los rudimentos de la agricultura, porque eran más débiles y menos “aprovechables” para aquellos duros trabajos. Ahí fue  cuando empezó la caída en picado de la mujer ¡cuando se le prohibió nacer! ¡A las que se les permitió crecer, llegaban al absurdo casamiento con una fuerte deuda contraída, precisamente por eso, habérseles dejado vivir; se las vendía al mejor postor o eran pedidas y comprometidas desde pequeñas como una mercancía. Mas tarde vinieron los harenes donde quedaban enclaustradas mientras los señores se pasaban años en la guerra. El espurio Salomón, él solamente, tuvo, mas de mil mujeres prisioneras de por vida; esto es un dato que hay que observar con mucha cautela, se lee en la Biblia y puede perfectamente ser mentira. Luego  vino el maldito clero con su: “hasta que la muerte os separe”, vigente todavía en nuestros días.                                                                                                                                              
                      La mujer obtendrá sin duda la libertad, por la tremenda falta que hace, por su gran capacidad de estudio contrastada; ocupan ya hoy relevantes responsabilidades; los niños cada vez nacen mas idiotizados y encima son maquinalmente dirigidos, a policías, bomberos y pilotos,  cosas que todos ellos quieren ser de mayores; la masa sobrante que excede de estas plazas a cubrir va para el fútbol y deportes en general, o para la plaza de droga y vicio por su natural condición, que aprovechan los poderes para quitarse gente de encima por multitud de razones que para explicarlas me encuentro capacitado; las omito sin más. Serían cuestión de un tratado.                                                                                                 
                     La libertad que tiene el hombre y que no quiere ni hablar de concedérsela a la mujer, no le llegará a esta sino por una sola vía. Me temo que no le llegara nunca, porque para eso hay que hacer un cambio y reestructuración del mundo que creo que no van a permitir los hombres, a no ser que aparezca una heroína como Lisístrata de Aristófanes, que convenza a las demás mujeres del mundo, de no dejarse tocar de hombre alguno hasta que no se despejen sus reivindicaciones. Lo más efectivo debe ser lo más utópico y no creo que todas las mujeres del mundo se sometieran a la abstinencia vivida en la comedia de Aristófanes. Lo de la igualdad de la mujer es una comedia; no es gratuito nombrar aquí al más grande comediógrafo.                                                      
                     La sola primera vía que se apunta más arriba pasa por tirar al suelo todas las iglesias, mezquitas y pagodas (no olvidemos, las manejan sólo hombres; no se admiten mujeres para regir los destinos y el dinero del mundo)  prohibir bajo severos castigos todo tipo de sectas, que lo son también las religiones oficiales.
                   Quemar todas las biblias y homónimos. Cuando alguien  sea sorprendido con un librejo de este tipo, que lo pase muy mal; entonces llegará la libertad por lo menos sexual de la mujer, ya no se la estigmatizará por estar con todos los caballeros que le apetezca; el santo sacramento del matrimonio estará en la basura, que es donde tiene que estar. Será moda la libertad; sus hijos la verán natural, su compañero de turno  obrará en consecuencia, actuará de la forma mas natural y civilizada que convenga a todos;  no la maltratará y mucho menos la matará. Tendrá de una vez la ¡¡libertad!! que el hombre siempre ha tenido. Los poderes del estado se amoldaran a echar las manos que hagan falta con los hijos. No olvidemos que le hacen falta para la mina, la mar, barrenderos, deshollinadores, guardias civiles, etc... Por el camino que quiera y que le convenga, la mujer empezara a emanciparse. Cuando su cuerpo no tenga dueño, cuando pueda hacer con él exactamente lo que le de la gana sin Dios y sin Amo; sin que nadie pueda llamarla prostituta, porque lo harán todas. La palabra prostituta es un término académico fabricado por encargo de los mas variopintos poderes tendiente al estigma para poner a la mujer con la pierna quebrada y en casa y esclavizar al marido donde mas útil les sea. Será totalmente inevitable, nadie podrá impedir la desaparición de la palabra prostituta. Será el más grandioso logro conquistado por la mujer en el tiempo. La forma para conquistar su libertad la mujer (sólo en manos de los hombres) debe ser disponiendo de su propio cuerpo, donde, como y con quién quiera; así por esto, que no está nada mal para empezar: lo demás vendrá inevitablemente, por sí solo... en cascada.
                  Hasta que la gente se eduque, hay que hacer un concierto internacional por el que se pueda desterrar a un maltratador a Inglaterra de por vida, y al maltratador inglés a España de por vida, se hará, porque es fácil. Lo que  no se puede es poner a un ignorante criminal en Telde cuando la mujer está en Las Palmas. Ya es hora de abolir los patriarcados bíblicos torpes y trasnochados aun de moda, para ir por derecho propio a matriarcados sobre todo cuando él es el albañil y ella la licenciada. Ya es hora que ame, tanto la mujer como el hombre a calzón quitado, sin temer por su vida, ni por la absurda honra ni el enfermizo que dirán. Ya es hora que no sea una verdadera desgracia nacer mujer, ya es hora que no se la siga manipulando; porque hay que ver como en todas las televisiones aparecen individuos pro feministas a brazo partido pero, son mentirosos y ventajistas. Jamás he oído de sus labios la palabra libertad. Lo único que a ellos les interesa es la maldita igualdad que tienen desde luego todas las personas unas con otras  que están cumpliendo condena en la cárcel. No es gran cosa. ¿Verdad?
            Mis dos palabras favoritas, triste y descorazonador, es ver como los usureros esconden el oro y como la inmensa mayoría que haciendo lo mismo llaman contundentemente a una persona “mi mujer”. Es vergonzoso lo de las despedidas de soltero, donde se quiere vivir una vida entera en sólo una noche; donde al novio se le pasa por su cara unos pechos operados y a la novia un miembro, que a lo mejor toca muy rápidamente, para retirar la mano enseguida, como si le fuese a quemar los dedos y lanzando el consabido gritito.¡A donde nos han llevado! Cuando para los jóvenes de veinticinco años deberían estar ya despejadas y satisfechas  todas sus fantasías sexuales hasta el hartazgo y que sólo les deba conducir a unirse a un hombre o mujer, no el espíritu de aventura sexual, que a esa edad debe estar colmado y rebozando; sino el interés por una intelectualidad afín o económica, o de apellido, o de conocer países; no están por eso, no señora, están maltrechos y hambrientos del pan de la vida. Y lo grande es que a esta hambruna terrible le llaman amor... el espíritu de arrojo revolucionario no tiene ni brillo, por su ausencia.     
                 En las uniones deben primar lo absolutamente material inteligentemente aceptado (Carmen Cervera “Barón Thyssen) como duradero. Las atracciones sexuales deberán ser consumadas para fortalecer la libertad, yaciendo en el preciso momento que se producen, para satisfechos, acabar con las borreguiles despedidas de solteros, vergonzosos y fundidos abrazos en las desgracias de un duelo; cuando dos personas que se desean desde hace años se funden en un abrazo de amor que dura cinco largos minutos, en un pésame que cuando acaba deja con la boca abierta a cuantos lo han observado. Ya quizá no vuelvan a tener jamás en la vida oportunidad de abrazarse. Serán dos seres que en uno amándose mueren, ¿por qué tienen que ser un sueño imposible que busca la noche? ¿Por qué no se bajan el calzón rápidamente a cualquier hora del día y acaban con esa situación? El sexo debería ser algo que no nos ocupe ni un solo momento de nuestro pensamiento: Como la comida cuando la tenemos. Eso sería lo natural. Porque bastantes problemas tenemos en todo lo demás cosas que son también la vida.  
                  ¡Cuán poco duran los ayuntamientos entre dos personas cuando sólo prima la belleza y la atracción sexual que ya deberían tener colmados con cuantas experiencias hubieran deseado! ¡Que triste es el no haber tenido este imprescindible alimento para la vida, para crecer como persona en una sanidad de la mente! ¡Cuantas barrabasadas se habrían evitado; cuantos viajes a Cuba y a Tailandia no habrían hecho falta!  Cuando yo en una conversación hice un par de ininteligibles balbuceos, queriéndome significar en este asunto se me dijo que, por el amor había que luchar; refiriéndose la tertulia a que más bien había que pelear, en aquellos primeros tiempos de la vida.
                   Ahora en nuestro tiempo la palabra lucha debe ir mucho más allá de su significado. Hay que hacer grandes aportaciones presupuestarias para que la ciencia ponga algo en el mercado que proteja a las personas de contraer la más mínima enfermedad sexual; que sea capaz de dejar la cópula en lo que realmente es: En un relax placentero de la más sana alegría de extenso placer. Lucha es también que las mujeres huyan de la igualdad carcelaria a la que el hombre (¡mire que listo!), las quiere someter (¡que digo! ¡Las quiere seguir teniendo  sometidas!), sólo que desde una finura más sofisticada. A pesar del disimulo y sagacidad de un interés subyacente y traicionero... porque subyuga. Creo a todo creer que ya en Europa esto constituye la risa interior de todas  las mujeres altamente educadas, altamente cultas, que avisan a las otras, que como mínimo están capacitadas para entender lo que se cuece. Otra cosa es América del sur, Asia, África, etc., donde aún arrancan clítoris-mutilan mujeres, se las tapa la cara, se las envuelve en telas (menos mal que le dejan los ojos libres para que vean a caminar), se las lapida. Esto como crueldades más principales, sin tener en cuenta las demás porque no las recordaría todas; pero se que no hay un solo abuso, ni una sola canallada en el mundo, que estos desgraciados seres humanos no sufran. ¿Comentarios a esto?... ¡Hay palabras pero, no las se usar!

                     A mi modo de ver, la bolsa social más baja de los mujeres nada formadas, ¡las de la pancarta!, que quieren soluciones “ya” a un problema que ha durado miles de años, hacen flaco favor con sus estúpidos feminismos, machismos, igualdades; cosas estas que en sí mismas no significan nada. Las mujeres formadas salvo las excepciones que confirman la regla, jamás las he visto yo reivindicando nada. Lo que si he visto es a catedráticas dando al hombre el protagonismo que debe tener, tratando de cobrar ellas el que les pertenece. Esta es la única formula educada y exquisita que se debe observar siempre entre los individuos; mientras mis ideas u otras análogas van socavando los cimientos del abuso para dar al traste y mandar abajo el castillo de los intereses machistas.  Una vez la mujer es ya dueña de su cuerpo; cuando no existan ya ni curas, ni papas, ni monjas, ni biblias, ni nada por el estilo; los obstáculos se irán despejando muy, muy, muy,   poco a poco, esto ya puede durar (prolongarse) a lo mejor mil años o más; eliminar auto preconcepciones que son a miles y que pasan por tomar la universidad; como lo están haciendo ya muchísimas. Con eso y con el derrumbe de todo tipo de religiones, que estoy convencido es una labor que le esta reservada a la mujer (derruirlas) en los milenios que falta para que llegue. Será la mujer absolutamente ¡¡libre!! Por eso las mujeres más sabias no se apuran, se preparan. Los contubernios religiosos, los hechiceros de la tribu son siempre hombres. Cuando llegue el día que la mujer les desprovea de esa tremenda prebenda, llegará a jugar el papel que le pertenece como madre indiscutible de la humanidad, desposeyendo a Dios,(entiéndase a altura de la mente que no puede disociarse de lo que la razón le imponga; líbrese mucho de exteriorizar nada que concierna a Dios y a creencias; que ya en ese futuro momento han sido desterradas, quizás hasta con sangre, de la faz de la tierra) que también es absolutamente macho, y sino desposeyéndolo, se le dará incluso chance en una colateralidad, interior absolutamente ¡siempre!, basada expresa y únicamente en la más absoluta LIBERTAD. ¡¡¡LA MUJER DEBE TENER LIBERTAD DE OBRAR Y DE QUERER LO QUE LE SALGA DE SU CUCÚ EN ABSOLUTO!!! Igual que el hombre hace exactamente lo que le sale de su pito desde Adán, ya es hora de que la mujer “asfixie” al hombre corriendo en la punta de delante con la antorcha en la mano.



                                                                           

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