Murió Domingo Valencia, el que fuera condenado a la pena de muerte cuando tan sólo contaba con 16 años por la lucha antifranquista

Fuente: Canarias Semanal
Esta semana falleció Domingo Valencia, uno de los últimos supervivientes de la lucha antifranquista de los años 30 del pasado siglo, en el Archipiélago Canario.

    Domingo Valencia nació en Las Palmas de Gran Canaria hace 99 años. En 1936, cuando contaba con tan sólo 16, Domingo se enroló en los primeros movimientos de resistencia frente al golpe militar que se produjeron en Tamaraciete y en otras localidades del norte de la isla. No obstante, esas primeras escaramuzas,  que trataban de impedir que los militares  insurrectos se hicieran con la isla de Gran Canaria, fracasaron.

    A los pocos días, cuando  los militares y la ultraderecha falangista  se habían hecho ya con el control de la situación en la Isla, Domingo fue detenido mientras se encontraba en su puesto de trabajo en el Mercado de el Puerto.  Fue ingresado primero en el Campo de Concentración de La Isleta y, luego, en el Campo de Concentración de Gando, en el sur de la isla.

     Apenas transcurridas unas semanas, junto a sus compañeros resistentes del municipio de Tamaraceite, Valencia fue sometido a un Consejo de Guerra sumarísimo, en el que todos los procesados, incluido el mismo Domingo, fueron condenados a la pena de muerte. Sin embargo, el hecho de que Valencia apenas acababa de cumplir los 16 años, le sirvió a la familia para solicitar la conmutación de la pena. Sin embargo, el resto de sus compañeros fueron fusilados.

     En el campo de concentración de Gando, Valencia se afilió al Partido Comunista de España, organización en la que permaneció militando hasta sus últimos días,   pese a las manifiestas  y fuertes discrepancias politicas que sostuvo en contra de su progresivo proceso de socialdemocratización.  Domingo, que hasta los 16 años había sido un obrero analfabeto con escasa instrucción, aprendió a leer y escribir durante sus años  de permanencia  en los campos de concentración en los que estuvo confinado. Siempre expresó su  enorme agradecimiento a aquellos compañeros, a los que él denominaba como "los intelectuales", que la ayudaron a salir de la ignorancia. "Cambiaron mi vida", solía decir.

     Cuando, por fin, fue puesto en libertad, Domingo Valencia encontró la forma de conectar con la organización del  Partido Comunista y participar de lleno en la difícil lucha clandestina de la resistencia antifranquista. Entre las décadas de los años 40 y 50, Domingo se encargó de dar  refugio, en situaciones muy complicadas, al conocido comunista teldense "El Corredera", que sería ejecutado a garrote vil a finales de la década de los 50.

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