OJO CON LAS TAPAS DE LOS BAÚLES; SUS GOLPES NO SON MAJADAS, SINO APLASTAMIENTOS.
Por Antonio |
Parece natural. Lo que sigue se
da mas en las profesiones pudientes, que fueron para adquirir títulos y
tierras; ahora convertidos en apartamentos, acciones o, participaciones mil.
Los pobres han de casarse, si a alguien preñan les llevarán amarrados al altar los
hermanos de ella, concernidos por descomposición y calientes al mismo tiempo; o
en su defecto si por esa vía no se realizaran los imprescindibles amores,
habrán de pagar servicio de mujer en sábado a la noche sin más remedio porque
han de trabajar, en la vida de continuo. Así es que los pobres, sus hijos los
tiene que pagar, con cárcel si fueron engendrados por/con engaños, con boda si
fueron de penarte, o con interminables jornadas de trabajo –domingos y
todo- cuando son hijos legales de la no
majadería y acoso hasta, o mientras los años se suceden naturales, e incluso
con bendición de cura en el sonto, pio,
supracelestial sagrado sacramento del matrimonio. No los puede dejar regados,
diseminados, sin apellido, que para eso están los señoritos que, sujetos al
mismo código penal general igual para todos, al ser los dueños de la plantación
algodonera (empresa etc.) hacen corporativismo y cambalaches con los demás
poderes dinerarios y del estado. Y es muy, pero que muy raro, que no se vaya a
la venenosidad de ciertas bayas y de
rositas. El obrero padre, siempre tiene que pagar el chiquillo, o trabajando, o
siendo víctima de aborrecible matrimonio, o en la mazmorra. Aquí no se dice que
un hijo no es maravilla para un padre. Se explica lo que de ordinario se
aprecia en los aconteceres mas normales y de amplio espectro.
Ven estos predilectos y
honorables hijos del señor jugando a cuatro chiquillos por ejemplo, en la
calle, entre los que se encuentra uno que apadrinó de bautizo y ya no le conoce
siquiera (se insinúa que puede que hasta lo haya engendrado ¡¡¡pero no se
dice!!!) Porque hace ya años que no lo ve, los mismos que hace que no tiene
negocios con su padre, ni amores con su madre como un negocio más de señorito y
que ni de milagro consigue el obrero.
¿Qué es lo que hace que se den
todas las posibilidades, soterramiento, cerrazón y secretismo en este círculo
vicioso atmosférico de autodefensa recíproca (corporativismo, amiguismo,
nepotismo etc.) en estos ceñudos señores, puestos en un punto de altura
inexpugnable a título individual, constituida por taras insalvables para él
mismo y para los otros de su clase que también gozan o sufren su propia
altura?. No estando ninguno para escalar ajenas paredes, ahogándose en la
propia pesadilla de subir dos metros en la suya propia, y bajar uno en un sueño
que no avanza. No se pueden ayudar unos a otros aunque quisieran... no se
alcanzan a lamer, no pueden ni con sus propios problemas. Porque son insolubles
esos problemas de tener dos, tres, cuatro chiquillos con distintas mujeres de
diversos pueblos en los interiores de la isla, testados de su puño y letra preñadora
en la habitación de la azotea, o en áreas habitacionales donde hace noche el
servicio, en los ya muy lejanos momentos de su (juventud). Se dice de momentos de lo fugaz,
inaplicabilidad racional, y perentoriedad: de ese apremio apurado, urgente,
precipitado y obligado que jode y quiere
joder.
Yo que soy hijo del hombre,
necesariamente mentiroso –no más que el mas grande de los santos- pero jamás te
convidaré a entrar por caminos conducentes a ni se sabe a dónde y a que sitio;
en el cual no he estado y por los vericuetos que no he discurrido nunca y ni sé
cómo se llegaría a las inexistentes metas que, encima las buscaré ya bien
muerto y con los ojos cerrados a este respecto. No sabré la línea de guaguas
que hay que coger. Aquí en esta tierra mintió el abuelo, miente el padre y
miente el hijo y el nieto. No hay referencia alguna en lo desconocido y en lo
absolutamente desconocido sin haber estado jamás en “ese país” ni tan
siquiera un día de vacaciones, y por eso
es libre respecto de las costumbres de sus iguales parentescos celestiales; por
lo que no se les puede imputar la deshonestidad y la mentira a ellos también
como a los santos que son humanos; ¡demasiado humanos! Para más claridad: que, no serían tales estos entes, de andar con
las manos metidas ensuciándoselas en humana basura.
Yo te puedo ayudar (y lo
intento) en cositas a la altura de gofito y pejines ¡¡que ya son alturas!! Más
arriba tengo dañina –para mí- inseguridad.
Absolutamente de, si no
comprimido, sí extractado y condenso, te diré: vive libre sin temores ni
complejos. Dedícate al relajo relajadamente, Dios jamás te pedirá cuentas, no
permitas que te las pida un meapilas. Se muy feliz, no te arrastres como lombriz. Tú viniste al mundo a estar de pie sobre tus
piernas y conocimiento. Que cuando mueras pudrirás como cualquier animal creado
por ÉL. No seas totorota. Vive tu vida, gózala como la gozan ellos y gozaron
los más grandísimos santos (no mártires)
mira la piel de los pudientes y los santos y verás cómo les reluce
denunciadora de que no le ha faltado nunca una proteína, vitamina, ni el más
mínimo elemento mineral-oligoelemento, algunos, gordos como cochinos. Mírales a
ellos. Cópiales a ellos en sus goces hasta donde te llegue el dinero y deja
vivir para que todos gocemos hasta donde nos es posible la pensión; por la que
bendigo a las personas que se encargan de ponérmela en el banco en día exacto
religiosamente –ESA SI ES UNA GRAN RELIGIÓN- en todos los años que la llevo
percibiendo no me ha fallado ni un mes. No me falta la leche, el gofio, el pan,
las legumbres, los cereales, el café, litro de ron colombiano dos botellas al
mes a seis euros, coco cola refresco, papas maravillosas del SPAR tres sacos al
mes. Las frutas verduras frutos secos y para todo lo demás vamos a las ofertas
a donde quiera que nos las comuniquen los/as amigos sufridores. También
nosotros les avisamos a ellos en lo de las gangas.
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