Tamaraceiteros en el Vaticano

Por Luis C. García Correa y Gómez
 

Mis hijos y mis nietos pensaron festejar mi 80 cumpleaños en Roma y en El Vaticano, lo que nos pareció a todos una magnífica idea.
Hicimos los preparativos, entre ellos buscar la forma de poder saludar a su Santidad el Papa Benedicto XVI, lo que conseguimos gracias a la inestimable ayuda de Rafael Rodríguez de Castro, sacerdote y muy querido amigo, que hizo las gestiones ante la Secretaría del Vaticano de nuestra solicitud y de la mía de entregarle una carta a Su Santidad.
El día de la Audiencia llegamos 10 minutos antes de abrir las puertas. Mis hijos y mis nietos corrieron para conseguir la primera fila, lo que logramos, porque aunque estábamos en un sitio preferente había varias filas.
La Audiencia duró un poco más de dos horas, y al término Su Santidad subió a su papamóvil y vino en dirección nuestra. Primero besó a tres niños y luego llegó delante de nosotros. Era un momento deseado, especial y emotivo.
Su Santidad mira a los ojos, no desparrama la vista, te mira con esos ojos muy azules y comprensivos. Primero mi hijo Juan Guillermo gritó: «Islas Canarias», a lo que Su Santidad le sonrió y le saludó. Luego seguí yo al entregarle la carta que llevaba preparada.
El señor Secretario, quien recibió la carta, me dio en buen castellano las gracias, y se la guardó en la carpeta de tapas blancas que, con el escudo papal, lleva siempre.
Estos tamaraceiteros hemos querido dejar la huella escrita queriendo seguir siendo solidarios con todas las familias, en especial en estos momentos de crisis de valores y, como consecuencia, crisis económica.
También quien suscribe, y según habrán leído en la carta, quiso pedir a Su Santidad, tan cercano a Padre Dios, que rogase por la creación de la tan deseada Federación de Asociaciones de Amigos de las Catedrales de España y la Confederación Mundial.
El no poder crear la citada Federación y Confederación ha sido uno de los grandes fracasos que he tenido cuando era presidente de la Asociación de Amigos de la Catedral de Canarias.
Espero que los ruegos de su Santidad, y los ruegos de muchos, en donde nos incluimos mi familia, hagamos posible la bendición y felicidad de todas las familias del mundo, y pronto alguien, más avezado y afortunado, coja el testigo y luche por la creación de citada Federación y Confederación, y consiga lo que no supe ni pude hacer.
Si ante tantos problemas sociales, unos tamaraceiteros fuimos capaces de saludar al sucesor de Pedro y seguimos trabajando con el deseo de que la plena felicidad sea el estado natural de todos nosotros, confiamos que los demás cooperen igualmente.
Mis nueras, hijos, nietos y un servidor les damos las más expresivas y efusivas gracias a todos los que rezan por los demás.Que Padre Dios les bendiga y nos bendiga a todos.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Felicidades Don Luis y que siga trasmitiendo toda esa juventud que lleva dentro muchos años más
Anónimo ha dicho que…
Que historia tan bonita, aver si mis hijos hacen lo mismo conmigo
Sergio Naranjo ha dicho que…
Ha visto cumplido usted uno de los sueños de su vida. Mis más sinceras felicitaciones por ello. Y por el efecto que a usted como a quien le trata le puedan contagiar.
Cuanto a su supuesto fracaso, no se martirice, hombre. Ya quisiéramos muchos haber tenido esos fracasos a cambio de esa familia como la que usted tiene. Y que vale por todas las catedrales, estén o no federadas.
Anónimo ha dicho que…
¡Muy hermoso! ¡Enhorabuena!

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