Decálogo de la serenidad

Por: Luis C. García Correa y Gómez
"El saber que el etarra de Juana Chaos, condenado a casi 3.000 años por su participación en 25 asesinatos, y sólo cumplió 18 y está libre.
El saber de la masacre que hizo ese criminal noruego.
El saber de la agresividad ambiental existente en Gran Canaria, ya sea de género como entre hombres”.
Toda esta maldad con efectos irremediables, porque son con muertes, son una ausencia de serenidad que me indujeron a preparar el tema de hoy.
Estoy realmente preocupado.
Al igual deseo estar totalmente equivocado.
Siento y presiento un materialismo y un pasotismo que considero está distorsionando la vida diaria.
Cada día que vivo confirmo la necesidad de que tengamos la vida espiritual lo más a flor de piel. Que sea tan notoria que contagie a los demás.
Hace algún tiempo me enviaron el Decálogo que escribió el Papa Santo Juan XXIII, y que tituló “DE LA SERENIDAD”. Hoy, para desearles unas vacaciones muy felices, les propongo, como al igual, que me lo propongo, que tratemos de vivir este Decálogo que dice lo siguiente:
1. Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.
2. Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto, cortés en mis maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie, sino a mí mismo.
3. Sólo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no solo en el otro mundo, sino en éste también.
4. Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten todas a mis deseos.
5. Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura, recordando que, al igual que el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.
6. Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.
7. Sólo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer; y si me sintiera ofendido en mis sentimientos, procuraré que nadie se entere.
8. Sólo por hoy me haré un programa detallado. Quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.
9. Sólo por hoy creeré firmemente (aunque las circunstancias demuestren lo contrario) que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie existiera en el mundo.
10. Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad.
Vivir es maravilloso.
La felicidad es una necesidad y tenemos que buscarla así como repartirla.
Vivimos en comunidad, no vivimos solos en el mundo.
Se necesita la participación de todos y cada uno de nosotros en la búsqueda y en el reparto de la felicidad.
Para ello considero absolutamente necesario que fortalezcamos nuestra espiritualidad, en todos los órdenes de la vida.
Tenemos que demostrar y demostrarnos que queremos ser buenos.
Creo que el mundo está muy necesitado del ejemplo que podamos dar, y no digamos el que tenemos que dar los católicos. Ejemplo de solidaridad en todos los sentidos, en especial en repartir la felicidad.
Nos ha tocado vivir unas circunstancias especiales, que no han favorecido esa solidaridad, aunque nunca antes se han tenido más conocimientos y más información.
No creo que pueda existir la felicidad si no hay valores morales o religiosos, que son los fundamentos sobre los que se construyen la vida.
No sé si expreso con claridad lo que quiero decir, todo se resume en:
“tratar de vivir de acuerdo a unos valores morales o religiosos que inspiren y saturen nuestro comportamiento”.
Esto me lo repito constantemente, y tengo que reconocer que algunas veces fallo, pero no quiero desfallecer. Por eso rezo y por eso pido, una vez más, que recemos, para que nuestra vida sea lo más ejemplar posible y con ella estaremos repartiendo la serenidad que tanto todos necesitamos, para que nos conduzca a la plena felicidad.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Totalmente de acuerdo con usted Don Luis. Si tomaramos nota de esto seguro que otro gallo nos cantaba.
Sergio Naranjo ha dicho que…
Yo también estoy de acuerdo con su tema de hoy. Es verdad que tenemos más información y conocimiento que nunca, pero también que el mal crece parejo con lo que avanzamos.
Un saludo.

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