Cerró la Panificadora Domingo

Panificadora Domingo, que surgiera hace casi 50 años en nuestro pueblo de Tamaraceite, teniendo su primer horno de pan en el Paseo de los Mártires, se vio obligada a apagar para siempre sus hornos el pasado 31 de enero, tras dos años de lucha intentando sobrevivir a una crisis económica letal. No pudo ser. La caída del consumo local, la durísima competencia de las marcas blancas, y el veto de una importante cadena de distribución alimentaria, habían provocado el descenso lento pero imparable de las ventas: en los dos últimos años, la producción de la empresa familiar cayó un 35%.
Esta prestigiosa marca, convertida con el paso de los años en toda una seña de identidad de Canarias, llegó a emplear, antes de la depresión económica, 200 toneladas de harina mensuales en la elaboración de su pan de molde, tostado y rallado. Pero el descenso de la demanda había reducido por último a 90 toneladas la utilización la materia prima necesaria para cubrir unos pedidos cada vez más reducidos, según explicó ayer el gerente de la empresa, Domingo Navarro.
La consecuente caída de la facturación provocó que comenzaran a surgir «algunas deudas», entre ellas, a la Seguridad Social. Hacienda comenzó a embargar los pagos de los clientes que cumplían con la panificadora, con lo que se bloqueó definitivamente la facturación, y dejaron sin capacidad de maniobra a esta industria para afrontar a su vez el pago a sus clientes y trabajadores.
La estocada definitiva llegó con la negativa de las entidades bancarias a refinanciar la deuda de la empresa: «Nos dieron la espalda». La empresa, en concurso de acreedores, ya ha llegado a un acuerdo con los 40 trabajadores de la empresa que se quedan sin empleo, y que están tramitando sus papeles para que puedan acceder a la correspondiente prestación social.
Los propietarios de la empresa familiar Panificadora Domingo hicieron todo lo que estuvo en sus manos para evitar su cierre y el despido de sus 40 trabajadores, incluso «hipotecando sus propias viviendas», según fuentes de la empresa. La industria, ubicada en Las Torres, contaba con 2.000 metros cuadrados de instalaciones con capacidad para producir mil kilos de productos por hora.
Fuente: canarias7

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¡Qué pena! Así están las cosas...
Sergio Naranjo ha dicho que…
Así nos iremos todos a tomar por saco, amigo Esteban. Somos tan imbéciles que por apenas unos céntimos compramos cualquier alimento o agua que venga de fuera, sin querer ver que esas marcas YA están pagadas con nuestros impuestos a través del REA.
De manera que en realidad, cuando compramos cosas blancas o marcas de fuera que suplantan a las nuestras, las estamos pagando dos veces.
Mientras, los caciques preocupados en hundir nuestra agricultura, los paisajes llenos de salvajadas en las que Tamaraceite es maestro, nuestra gente al paro.
Termino añadiendo dos cosas:
Una, que no soy parcial, pues como empleado de Aguas de Teror he de sufrir que la gente beba aguas de fuera, a veces hasta mala para la salud, incluso creyéndose chorradas sin pies ni cabeza que algunos médicos untados han difundido.
Dos, una preguntita: ¿Qué hubo de aquella propuesta (para mí chorrada) de la señora Guerra respecto a los "huertos urbanos"?
Saludos.

Entradas populares