La Bandera de Gran Canaria

Por: Luis C. García Correa y Gómez
He visto en muy poco lugares y en muy pocos coches la bandera de Gran Canaria, si he visto la del Archipiélago, que es la tricolor, y muy pocas veces la independentista con las siete estrellas, aunque somos ocho islas habitadas, no siete.
Describo nuestra bandera:
“está dividida en dos mitades por una línea diagonal que va desde el ángulo inferior izquierdo al superior derecho, y en esa división el amarillo en el lado izquierdo y el azul en el derecho. En el centro, el escudo de Gran Canaria, que será tema de otro día.
Vivo desde hace años con la sensación y preocupación de que hay grancanarios,- no se su porcentaje ni su número-, que la isla, su historia y sus cosas les importan un bledo.
Si actúan así ¿cómo van a saber algo acerca de su bandera? Por lo tanto ¿cómo van a quererla?
Desafortunadamente, ¡quién no conoce donde vive está, irremisiblemente, abocado y condenado a perderse!
También con frecuencia oigo y he leído llamarnos “guanches”, cuando así eran llamados los habitantes de Tenerife. Nosotros siempre fuimos conocido y llamados por “canarios”, no guanches.
Cada una de las islas tiene su palabra para nominar a sus habitantes.
También ¿cuántos grancanarios, en las últimas elecciones, votaron a partidos que defienden a Gran Canaria?
Lógicamente, seguimos siendo minoría en las decisiones y repartos de los recursos del Archipiélago.
Esto sucede, a mi entender, por falta de cariño a nuestra tierra, lógica consecuencia si desconcocemos lo nuestro.
Y repetimos: nadie puede querer a lo que no conoce.
Quien no conoce su historia está condenado a volver a cometer los mismos errores del pasado, y a ser un vasallo sumiso del que manda.
Otra de las demostraciones de nuestro desconocimiento a cerca de nuestra tierra es que no conocemos, no tenemos, ni mostramos y exponemos nuestra bandera en todos sitios, con gran orgullo y valentía.
Esa bandera bicolor del azul del mar que nos rodea y del amarillo del sol que nos inunda.
Creo que por eso le pusieron, por eso acordaron esos colores.
Estamos viviendo unos momentos cruciales de nuestra historia, quizá no igualados desafortunadamente, y también creo que nunca antes hemos necesitados tanto la unión de todos los grancanarios para sumando, restar, disminuir y desaparecer a la crisis económica que nos atosiga.
Crisis lógica por la falta de valores morales o religiosos, que son los fundamentos de todo cariño, de todo amor a la tierra.
Nadie va a venir a solucionar nuestros problemas, de nosotros depende a que comencemos a tener, respetar y exhibir nuestra bandera como símbolo de nuestra unión y cariño al terruño, y como insignia, - bandera nunca mejor dicho -, de nuestras inquietudes y participación en la solución de los problemas de nuestra comunidad, que son sus problemas y que son mis problemas.
Al igual que el bicolor de nuestra bandera, sea el azul del mar el que nos una, y sea el amarillo del sol el que nos fortalezca en el cariño; cariño que pongamos por partes iguales en el esfuerzo y en la participación y el resultado será la solución.
Seguirnos siendo imprescindibles, quizá hoy más que nunca.
Aprovechemos esta crisis para salir fortalecidos y tengamos en el presente lo que debemos tener: la paz, la libertad y la felicidad.

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