El Síndrome de Down

Por: Luis C. García Correa y Gómez
Una de las maneras de ser solidario, - algo hoy muy necesario -, es reconocer la maravilla del cariño, del amor que desprenden y reparten las niñas y los niños con síndrome de Down, así como sus padres.
Hoy quiero felicitar públicamente a esos padres ejemplares, llenos de cariño, que dedican su tiempo y su amor a la educación y vida de sus hijos con síndrome de Down.
No cabe duda que una de las demostraciones del progreso personal y social es la integración de esas personas, niños y mayores, en el trabajo y en las demás actividades sociales, que antes se solían limitar a las de sus casas.
Esta integración les debe llenar del orgullo y de la satisfacción de sentirse útiles a sí mismos y a la sociedad.
Con motivo de esta conmemoración, me gustaría resaltar, precisamente, este aspecto de la integración, una tarea que reclama la cooperación de todos. Vale la pena seguir siendo solidarios.
La solidaridad personal y social debe repartir sabiduría y cariño, señas que distinguen a los pueblos justos, buenos y educados.
Que esas niñas, esos niños, esos adultos, y esos padres o familiares tengan la felicidad a la que todos aspiramos y que todos estamos obligados a compartir y de la que todos nos beneficiamos. Quien siembra y reparte cariño, cariño recoge.
Recemos hoy para que Padre Dios y la Santísima Virgen del Pino les dé a esos sus hijos Down, y a sus padres, las virtudes y medios necesarios para que, siendo útiles a la sociedad, gocen de la felicidad a la que tienen pleno derecho y nosotros, sociedad, seamos merecedores del premio al que tienen derecho los pueblos buenos y educados.
En espera de ello, reciban, como siempre, los mejores deseos y las mayores felicitaciones, a unos y otros, por la solidaridad y la felicidad repartida y compartida.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Don Luis, para mi, los niños que nacen con un trastorno genético por "duplicación" del cromosoma 21(creo que es así), son ángeles que Dios nos ha dejado en la tierra para que conozcamos el verdadero cariño, alegría, amor y paz, que es lo que estas personas transmiten, al menos a mi.

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