Dicen que es demagogia

Por: Luis C. García Correa y Gómez

Dicen que es demagogia afirmar que hay un poder económico maligno, que se desarrolla con las posibilidades y el trabajo de otros. Que hay una parte importante de políticos deshonestos. Y que hay políticas perversas que nos han conducido a donde estamos. ¡Tremenda Crisis!
Trataré de informar y despertar la saludable inquietud que es necesaria para deshacer ese poder económico maligno y para apartar de la vida pública a todos los políticos deshonestos, así como a los regímenes corruptos que tanto daño han causado.
La única solución que conozco es la participación consciente y activa de todos nosotros. Sin ella, cualquier proceso es inoperante.
Participar no es otra cosa que amar al prójimo como a nosotros mismos. Ello nos obliga a la solidaridad, a sumar esfuerzos para que el enemigo común desaparezca. Actuar de manera honesta y conjunta.
Necesitamos eliminar, urgentemente, esos regímenes corruptos y dañinos, para la salud física, mental, económica y social.
Ellos nos han arrastrado a la crisis. No hay víctimas sin responsables.
El mayor número de víctimas aparece entre las personas más desfavorecidas económicamente, las de menos recursos.
Cuantos menos recursos, más afección del mal. Cuantos más recursos, más efectos enriquecedores.
De pobre a más pobre. De rico a más rico.
Responsables: los propietarios de ese maligno y perverso poder económico.
Enriquecerse y ganar poder a costa del mal de otros no sólo es un pecado contra Dios y contra los hombres, es una forma cobarde de actuar.
Hay riqueza para todos. Su equitativo reparto es cuestión de valores, no de posesiones.
 “Amar al prójimo como a nosotros mismos” no es la utopía de un iluminado. No, es una realidad como la copa de un pino, es una realidad incontestable. Se trata de ponerlo en práctica. Lo demás vendrá por añadidura.
Se necesita la honradez que hace transparentes los hechos, convirtiéndolos en productivos tanto moral como económicamente.
¡Cuánto me duele no saber explicar - de forma convincente -, las ideas claras que tengo sobre el nefasto poder que unos pocos tienen por la falta de unión y participación de una aplastante mayoría!
Seguiré escribiendo intentando ser consecuentes con mis creencias y cumplir con la obligación de participar en la búsqueda del bien común (que debería ser el más común de todos los bienes).
Ruego la benevolencia y participación del que me haga el honor de leer mis preocupaciones, que son mis artículos. Y, por favor ¡Diga algo! ¡Comente! ¡Ayudémonos!
La falta de participación solidaria de la mayoría de la población es un problema muy grave. De ella se aprovecha el poder económico. Es el mejor arma que tienen los políticos corruptos para seguir medrando y aumentando su riqueza material, su poder, y, al mismo tiempo, empobreciendo a los pueblos. Es decir: a usted, a mi, al vecino.
Unamos esfuerzos participando honestamente en todos los actos de nuestra vida. Rechacemos aquello que haga daño a los demás.
No es demagogia. Por desgracia, es una realidad incontestable: hay males que tenemos que desterrar de esta sociedad. No hay más solución que su participación, la mía, la necesaria de la mayoría.
Cambiar radicalmente la sociedad, en lo político y económico.
Valores como amar al prójimo, la honestidad, y la educación son componentes de un pueblo solidario y efectivo, y sin ellos no habrá cambio.
Para ello espero y confío en usted. Que Padre Dios le bendiga.

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