Hacer el paseillo

Por Pedro Domínguez Herrera
Últimamente, los medios de comunicación le imponen hasta la saciedad a la opinión publica, la cuestión de si la Infanta debe hacer el paseíllo hacia los juzgados, obviando lo más importante. Para que el populacho se quede con lo mas nimio, que juzgue y se manifieste con algo tan banal, sin tener en cuenta que se imputa a la hija del Rey de las Españas y jefe del estado.

Es de considerar, que si todos los ciudadanos somos iguales ante la ley, no lo somos ante los medios de comunicación, ni ante las algaradas que se forman a las puertas de los juzgados por casos como este, o como los de algunos  famosillos, que sufren sin aún juzgarlos, gritos recriminatorios, empujones.. 

Situaciones que deben ser evitadas por las autoridades judiciales, en todos estos casos. Pues a igual imputación de delito, incluso de más punible consideración, los ciudadanos de poco o ningún interés periodístico, hacen estos paseíllos tan en silencio y con la lógica consternación, que a veces ni se enteran los ujieres de la puerta.

Por lo que, si no son consignas que se dan a la prensa y a las autoridades; o lo que es peor, que ningún periodista diga lo que justo, por que se pierden las exclusivas, con el morbo de ver a una infanta degradada y abucheada…

Cualquier persona que se enfrente a una declaración de imputación, debe decidir como acudir al juzgado. Es de justicia, que no tienen que decidir jueces y fiscales si tiene que enfrentarse al griterío del populacho.

Ahora que la opinión pública limitaba su atención al escándalo, con el paseíllo, por seguridad policial, se quedan sin tan importante evento para algunos;  para otros una vergüenza, que se haga de asuntos serios de la justicia algo tan vulgar como alimentar el morbo de las masas. El daño que se le hace a ciertos enjuiciados a los que no se les deja ni acceder a sus casas con cámaras que les vigilan.  Que están en boca de todos; hasta los graciosillos de turno les hacen chistes. Que sus hijos y familiares ven en la televisión y en la prensa el constante acoso que se les hace; donde la dignidad de las personas cae a los suelos de la critica.

 Creo que en justicia esto es equiparable a unos cuantos años de cárcel, que se deberían de descontar de la pena, si de verdad todos somos iguales ante la ley

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Perico estoy de acuerdo en lo que dices. Permíteme que eche un surco de opinión, en vez de uno en el comentario a tu perfecto concepto de la conmiseración.
Hace ya muchísimo tiempo (demasiado tiempo) que me planteo salir al trapo, a lo que Dios quiera sea; a matarme con los que han apostado por hacerle la vida afrentosa e imposible y hasta espantosa a la próxima reina Doña Leticia Ortiz. Precisamente por personas que han llevado una vida de afrentosos enfrentamientos. Además de maleducando a un pueblo de por sí malcriado por futbol, carnavales, semana santa, San Fermín-es, toros, cabras volando desde los campanarios, tomatinas, “tamatinas”, tarots… Los de la revista que no se nombra para no darle la menor oportunidad de nada (no damos oportunidad de defenderse a lo que no tiene defensa ninguna), son cuádruple acosadores-derribadores tan despreciables como un/a periodista concreto y homónimos que tienen a Doña Leticia como forma de ganarse la vida en los basureros televisivos. La sacan fotografiada junto a personajes que se pueden cuestionar; poniéndola como equivalente. ¡Fotografiada! La señora que será la más importante de España, Junto a las personas “del bodegón de la más irredenta y lamentable farándula; en todo, lo más bajo de nuestro país”. ¿Qué país permite a una prensa de cosa digerida y expelida, le vote al suelo sus paredes? Ya lo sé. ¡Es un país de lo que siempre dio mucho asco y mal olor!
Antonio Domínguez.

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