Un regalo estelar por San Valentín

Hoy Día de San Valentín, nuestro buen amigo Israel Tejera nos deja  un regalo captado con su cámara, la nebulosa Rosetta, que es un objeto de cielo profundo muy complicado de poder apreciar visualmente y representa uno de los objetivos preferidos de los astrofotógrafos.

Esta nebulosa se haya situada a unos 4700 años luz de distancia en la constelación invernal de Monoceros (Unicornio) y se la denomina Rosetta por su característica forma de rosa, la cuál mide unos 130 años luz de diámetro.

Hoy en día toda a esta región se la cataloga como un sólo objeto, detalle que no podían apreciar los astrónomos del finales del S.XVIII y principios del XX, debido principalmente a que estos sólo podían apreciar determinadas regiones de la nebulosa de forma independiente y el hecho de que pudieran percibir trazos de esta nebulos atan tenue, da prueba de las buenas condiciones de oscuridad del cielo de antaño. Así, no debería sorprender el hecho de que el catálogo de Dreyer NGC, asigne nada menos que 4 entradas independientes a esta nebulosa 2237, 2238, 2239 y 2246.. de hecho se pensaba que eran 4 nebulosas independientes entre sí.

El aspecto burbujeante del interior de la nebulosa es debido a la interacción del hidrógeno con el viento estelar de un grupo de estrellas muy calientes que están naciendo en su interior, de hecho la nebulosa emite luz debido a la radiación electromagnética producida por estrellas muy jóvenes situadas en su interior.

En el centro de la nebulosa puede apreciarse el cúmulo de estrellas NGC 2244, descubierto por William Herschell y observable sin problemas con cualquier tipo de telescopio amateur, este cúmulo está físicamente situado en el interior de la propia nebulosa y es el responsable de la zona libre de nebulosidad que podemos apreciar en el centro.

Fuente: astrovecindario.es

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