Gracias Ramón, Adiós Obispo

Por Esteban G. Santana Cabrera
Canarias está triste por la noticia de la muerte de nuestro obispo emérito Ramón Echarren Ystúriz,  quien estuviera al frente de la diócesis de Canarias desde 1978 hasta el 2006, en que fuera relevado por edad por Francisco Cases Andreu. Llegó a nuestra tierra en unos tiempos difíciles para el país, viviendo una transición política que iba a cambiar la vida a todos los españoles después de cuarenta años de falta de libertad.

Fue Director del Secretario de la Comisión Episcopal del Clero en la Conferencia Episcopal, miembro de la Comisión Episcopal del Clero y de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social entre otras pero destacó como miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social cargo que desarrolló desde 1984 a 1990. Su cercanía a los más necesitados fue una constante en su vida como obispo de nuestra diócesis.

Tuve la oportunidad de compartir con él varios años  como miembro del Consejo Pastoral Diocesano y de su Permanente y de él destacaría su talante amable y cercano,   llamaba a las cosas por su nombre y no se andaba con rodeos si  tenía que ponerle  puntos a las ies. Se le recuerda porque siempre iba con prisa pero  siempre tenía un momento para el saludo y la sonrisa. Quería a nuestra tierra, hasta tal punto que no quiso marcharse tras su “jubilación pastoral”. Durante ocho años estuvo con nosotros sin hacerse notar y apareciendo en público en momentos puntuales.

Fue muy cercano a los medios de comunicación donde se movía como pez en el agua por su facilidad de palabra y su saber estar. Tuve la oportunidad de entrevistarlo varias veces para Radio Tamaraceite y su talante era como si lo estuviese entrevistando RNE o TVE. Para él no había grandes ni chicos, había personas que había que tratar y don de gentes le sobraba.

Ramón Echarren será recordado por impulsar el IX Sínodo de  la historia de nuestra diócesis y por su tesón en darle un papel más relevante a los seglares y a las mujeres en la iglesia de Canarias. Pero lo recordaremos  no solo por ser un  buen obispo, sino por ser un obispo bueno. Por todo ello Ramón Echarren siempre estará con nosotros, no solo en cuerpo, que lo estará, sino en espíritu.

 Gracias Ramón, Adiós Obispo.

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