Carta escrita a Dios
Por Tino Torón |
Dedicada a Jesús Vega Mesa
Padre mío, hoy he querido escribirte, desde este lugar, lugar de cualquier parte del mundo, porque Padre, tú estás en todos los sitios, yo hasta hoy soy hijo de la tierra que mira al cielo desde este pequeño sitio, desde esta isla que flota como una moneda que nos has dado que tenemos que valorar y cuidar. (Nuestro mayor tesoro)
Sentado en un banco de madera, bajo las sombras de palmeras y de pinos y frente a la Supercomisaría, mi vista se alza al cielo, buscándote, traspasando nubes buscando la luz del mismo firmamento.
En estos momentos, poco miraba a los alrededores, hasta que despertó mi curiosidad cambió, viendo la gente pasar, observando como si quisiera leer sus pensamientos, muchos me supongo se preguntaban que estará escribiendo ese hombre aparentemente solitario, o tal vez el mirar, pero entre ellos pasó un señor mayor con bastón, al pasar a mi altura, hizo un pequeño descanso, entrecruzándonos las miradas sin decirnos nada, le sigo sus pasos y se sienta en un banco lindante a unos veinticinco metros aproximadamente, únicos bancos en aquel triangular parque.
Mientras sigo escribiendo cerca del mar, como surcando las aguas con una pequeña barca mi bolígrafo flota ondeando las olas en mis manos. .
¿Me Pregunto?:
Al mismo tiempo que te siento y miro a mi lado viendo el sillón vacío, alargo la mano y no te toco, pero en mi interior, noto que estas ahí
En mi vida, siempre he estado lleno de alegrías, de familiares, amigos y desconocidos hermanos que forman parte de mí.
Hoy 16 de mayo de 2016, vuelvo a que me renueven el D.N.I. y tu Padre, día a día me los vas renovando, días a los que doy gracias, gracias, gracias, por vivir tan feliz la vida, en los pasos, he pasado, he visto tantas desgracias y despedidas de familiares, amigos que en el mismo viaje se han quedado atrás.
Ahora me doy cuenta que mi mente da muchas vueltas, recordando haciendo una pausa y una reverencia de honores a tantas hijos de Dios.
En esta pausa, noto un sol repentino resplandeciente, que de buenas a primera desaparece, al mismo tiempo un soplo de aire me envuelve, algo noto que esta pasando, es como si Jesús resucitara ante mis ojos, Con una satisfacción plena, en mi interior siento un grito “HOY HAS RESUCITADO TAMBIEN PARA MI” y en el mayor abrazo de PADRE, DE HIJO, DE HERMANOS, en este día siento que mi vida va a cambiar, donando el corazón en esa falta de sentimientos en los demás, notando que cada día estoy mas cerca de la verdad.
Llega la hora de la cita ante el organismo, dándome cuenta al levantarme, que aquel señor desconocido, al que observaba de vez en cuando y que desde banco en banco nos unía las miradas, había desaparecido de repente, mirando a todas partes tratando de buscarlo, con lo que me marché pensativo, grabando en mi pensamiento, que aquel señor mayor era Dios y de todos sabemos que Dios está en cada uno de nosotros.
NOTA:
Aquel día al llegar a gestionar la renovación D.N.I., el vencido se me había extraviado ese mismo día, rebuscándolo, sin resultado, lo que a su vez dejé atrás lo que me identifica, sin darle valor pero si pensando en que manos caería, pues quiero ser lotería de lo que no cuenta el dinero.
Comentarios
Dón Luis; Gracias por su felicitación y contenido, también mucho he aprendido de Vd.
Saludos
A Tino le pasó algo similar: vio lo que quiso ver; quiso lo que vio. Fantástico, enhorabuena.